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Malecón de Mazatlán: entre la identidad local y la turistificación

Malecón de Mazatlán. Foto: Son Playas.

El malecón de Mazatlán es un referente de la ciudad que da sentido de pertenencia a la población local y es uno los lugares en los que personas externas piensan cuando se habla de este municipio costero del sur de Sinaloa. Sin embargo, este emblema mazatleco ha pasado por modificaciones para cubrir la demanda de visitantes, lo que se conoce como turistificación y que de no regularse, podría traer consecuencias.

“Cuando la gente piensa en Mazatlán, piensa en el malecón”, dice Jocelyn Arreola, estudiante del último semestre del Doctorado en Gestión de Turismo en la Universidad Autónoma de Occidente, institución ubicada sobre este paseo a la orilla del mar, el más largo de México al contar con una extensión de 21 kilómetros; en donde se concentran elementos culturales, sociales y naturales que lo hacen único y generan identidad.

Tomando en cuenta que la principal actividad de Mazatlán es el turismo, el malecón está expuesto a los efectos de la turistificación, termino empleado para explicar el proceso en el que un lugar cambia para satisfacer las necesidades de quienes nos visitan. Pero las disputas por el espacio se pueden evitar y es a través de la correcta planeación, señala la especialista.

Malecón de Mazatlán
Aspecto del malecón de Mazatlán, junto al Monumento al Pescador. Foto: Son Playas.

Presión sobre el espacio público y menazas

El malecón es un espacio en donde hay muchas personas haciendo diferentes tipos de actividades, ya sea recreativas o deportivas, hasta económicas y culturales como la pesca y la celebración del desfile del carnaval, festividad que data desde 1898.

Desde aquí se capturan los atardeceres más intensos y se aprecia la bahía con sus tres islas. Durante las mañanas se puede observar a las aves marinas alimentarse y por las noches se divisan las tortugas marinas que salen a desovar a la playa entre julio y noviembre. Con suerte, también se logra captar el fugaz destello del rayo verde cuando se pone el sol.

A este corredor también se le han asignado recursos con el paso del tiempo para su modificación y ampliación. Aún así, hay momentos, en temporada alta de turismo, que las extensiones de concreto amurallado quedan chicas para tanta gente.

“Tú vas a ver turistas, pero también vas a ver a un local haciendo ejercicio y más adelante vas a ver a personas trabajando, los pescadores que también están ubicados ahí y donde ellos trabajan y vienen a aportar a la identidad del puerto”, detalla la especialista al referirse a los pescadores de Playa Norte.

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Embarcadero de Playa Norte. Foto: Son Playas

Los monumentos que se encuentran instalados sobre el paseo costero también representan las manifestaciones culturales de la población mazatleca.

“Son monumentos que son atractivos para el turismo, pero en realidad están hablando del puerto, en realidad están haciendo referencia a nuestra cultura”, indica. Algunos de ellos, también expresan la relación entre el mar y las personas, tal es el caso del Monumento al Pescador, popularmente conocido como “Monos bichis”, que además, funge como punto de reunión y de referencia geoespacial.

Que se cuide el paisaje natural para que no se degrade y con ello se mantenga la identidad del puerto es una línea crucial para Arreola. ¿Por qué se desarrollan las torres inmobiliarias en el malecón? fue uno de sus principales cuestionamientos y encuentra que es ahí en donde está el paisaje privilegiado y da razones para invertir garantizando plusvalía.

Las construcciones cubren la demanda de hospedaje pero al mismo tiempo están generando basura, tráfico, uso de grandes cantidades de agua e impiden que la población local promedio pueda acceder a ellos; es entonces que se les va desplazando, no sólo al no poder vivir ahí, sino que la vista al mar también se modifica.

El paisaje urbano, el que se encuentra frente al paseo costero, se ha ido modificando; pero también el paisaje natural compuesto por la playa, la bahía y sus islas. “De la nada me siento invadida porque no puedo ver el paisaje que tenía del otro lado”, mencionó la investigadora previo a la entrevista.

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El paisaje urbano y costero de Mazatlán está cambiando. Foto: Son Playas.

Mientras se discute cómo evitar que el malecón se convierta en un espacio inaccesible para la población mazatleca, es necesario recordar que es ahí también el punto de reunión de demandas ciudadanas; la doctorante enlista a las familias buscadoras de personas desaparecidas, a las mujeres que marchan cada 8 de marzo entre otros grupos que realizan concentraciones en ese espacio para proclamar justicia o para pedir apoyo.

“Cada vez hay más eventos y no tiene nada de malo, atraen al turismo. No se está hablando de que el turismo sea malo, sino que debe de existir una regulación para evitar los problemas que puede traer la turistificación y sobre todo cuidar la identidad del mazatleco porque el malecón es un espacio muy utilizado por las personas y que significa tanto para ellos que lo hacen parte de su vida diaria”, indica.

La turistificación puede darse por periodos, por ejemplo en temporada alta el malecón se llena y hay familias mazatlecas que optan por no ir debido a las aglomeraciones y porque consideran que se convierte en un punto importante para el turismo; sobretodo la zona en donde están las letras de Mazatlán. Es en estas fechas cuando los comercios se enfocan en satisfacer las necesidades de quienes visitan el destino atraídos por sus playas, gastronomía, música y otras expresiones culturales locales.

Adicionalmente, se han incorporado eventos con fines turísticos, tal es el caso de la Semana de la Moto, o la Semana de la Troca u otras fechas que disuaden a los locales de ir al malecón.

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Desde sus orígenes, el carnaval de Mazatlán se ha celebrado en la zona costera. Foto: Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.

Gobernanza y turistificación

Jocelyn Arreola refiere que cada vez se ven más puestos ambulantes, lo cual no tendría que ser un problema si el ayuntamiento se encarga de una correcta distribución para no generar molestia entre la población local. También se debe considerar que se está dando más importancia a la población flotante que a la local cuando un lugar se ve lleno.

Debido al impacto que genera sobre es espacio público, es importante que se tenga una correcta gestión y planeación del turismo, insiste.

Debe haber un equilibrio y no llegar al extremo contrario que es lo que Arreola identifica como turismofobia, que está ocurriendo en ciudades de Europa como Venecia o Barcelona, donde las y los turistas se apropian del espacio y cada vez hay menos población local en lugares que son muy visitados; se puede hablar ya de gentrificación provocada por turistificación.

Por ello, habla de una gobernanza entre las autoridades, grupos ciudadanos y algunas empresas privadas, en especial el Gobierno Municipal quien debe invitar a que haya involucramiento para que se cuide el espacio. El que la ciudadanía se apropie del espacio y lo use ya sea de manera personal como hacer ejercicio, o en colectivo para las manifestaciones o celebraciones, es el ideal para que haya un equilibrio y trabajo en conjunto para que no se vuelva en un lugar solo de turistas.

“Los espacios públicos, una de sus finalidades es promover la cohesión social. Porque en el espacio tú te encuentras con el otro, convives con el otro es tu lugar de encuentro”, dice Arreola tras realizar una serie de entrevistas para su tesis de doctorado, en la que la población manifestó que a una persona que no usa eventualmente el malecón y disfruta la brisa del mar, no se le puede considerar como mazatleca.

El malecón de Mazatlán es un lugar de encuentro para la población local y un referente para turistas. Foto: Son Playas.

La investigadora cuestiona qué pasaría si a la población de Mazatlán que todos los días acude a hacer ejercicio del malecón, se le quitara esa posibilidad, “¿qué pasaría si el malecón se llega a turistificar a tal punto que los mazatlecos ya no puedan estar?”, que no ocurra eso es la finalidad de proponer el diálogo o mantener la gobernanza.

“En las teorías que abordan la turistificación en la mayoría se ve que es un efecto negativo, es un exceso de turismo y lo que ves es mayor presencia de turistas y negocios enfocados al turismo; pero en mi consideración debe haber una gestión porque no olvidemos que Mazatlán es un puerto turístico”, explica.

“La mayoría de la literatura habla de la turistificación como un término negativo, pero también la abundan en buen término que produce mayores ingresos, produce mayor empleo más que nada, pero a veces ¿a costa de qué? y lo que se debe evitar acá es mercantilizar la cultura, cuidar las raíces de Mazatlán”, concluye.


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