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    Abandonan más gatos en el faro Mazatlán

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    La presencia de gatos en el Cerro del Crestón, donde se ubica el Faro Mazatlán, va en aumento pese al riesgo sanitario que representa para los visitantes de ese espacio recreativo y el daño que provocan a la fauna silvestre del lugar. Tan solo el jueves pasado, otros doce felinos fueron abandonados en las inmediaciones del cerro con todo y caja, agua y alimento.

    El Patronato del Parque Natural Faro Mazatlán ha contabilizado cerca de 180 gatos en la zona, mismos que se siguen reproduciendo, por lo que el número de ejemplares en estado salvaje tiende a incrementarse, según reportaron miembros de la organización.

    La problemática tiende a agudizarse, pues una sola hembra puede parir tres veces al año con camadas de cuatro crías en promedio. Junto a los gatos, también se percibe un aumento en la presencia de mapaches.

    En el sendero que conduce al faro, es común encontrar a los felinos al igual que recipientes y montículos de croquetas en la escalinata y bardas. Lo mismo ocurre en las faldas del cerro y en el área contigua a la escollera. Con frecuencia, los visitantes se acercan a ellos e intentan tocarlos.

    Riesgo a la salud pública: especialista

    La médico veterinario Sandra Elena Osuna Loubet advirtió que los gatos que habitan el cerro y las partes bajas son un riesgo para la salud de las personas porque no están vacunados ni desparasitados y tampoco reciben atención médica.

    En estado salvaje, dijo, estos animales tienen más probabilidades de enfermarse y su calidad de vida es menor. En estas condiciones, pueden portar parásitos y enfermedades transmisibles al ser humano.

    Su excremento y orina también son un factor de riesgo para la salud pública, al igual que las plagas que pueden acarrear, tal es el caso de pulgas, apuntó Osuna Loubet, quién es integrante de la Asociación de Médicos Veterinarios de Pequeñas Especies de Mazatlán.

    Mencionó que entre las patologías asociadas a los gatos se encuentran la «enfermedad del arañazo del gato», toxoplasmosis, rickettsia y leptopirosis, por mencionar las más comunes.

    En tanto no se controle la proliferación de felinos, los visitantes de este espacio turístico y recreativo pueden verse afectados, opinó.

    «En definitiva el faro no es un lugar apto para liberar gatos; el gato es un animal doméstico y lo ideal es que esté en un hogar»

    Sandra Elena Osuna Loubet, médico veterinario.
    Foto: Son Playas.

    Daño al entorno natural

    Los gatos son depredadores por naturaleza; ya sea para alimentarse o por distracción, el instinto los lleva a cazar a su presa.

    Se estima que un gato doméstico caza de 5 a 20 veces al día aunque disponga de alimento.

    Al ser liberados en un área natural que no les corresponde, como en este caso, los gatos se convierten en una especie invasora que pone en riesgo el equilibrio ecológico del entorno porque depredan a las especies nativas, expuso la especialista Sandra Elena Osuna Loubet.

    «Entonces empiezan a provocar un desequilibrio ambiental y están dejando sin alimento a los depredadores naturales de la zona», señaló.

    Al respecto, miembros del Patronato del Parque Natural Faro Mazatlán y ambientalistas han señalado en reiteradas ocasiones que la fauna silvestre del lugar ha disminuido debido a los gatos.

    Foto: Son Playas.

    Sobre la biodiversidad

    En el Cerro del Crestón existen especies de flora y fauna asociadas a la selva baja caducifolia, en su mayoría, endémicas de México. Aquí se encuentran árboles de haba, sangregado, camichín, jacalosuchil, toloache, higuera, palo blanco, cardón y pitahaya, por mencionar algunos.

    En lo que a fauna se refiere, se han documentado varias especies de colibríes, además de urraca, tortola, aura, chipe, cenzontle y chachalaca, entre otras aves que anidan, descansan y se alimentan en el área.

    También se reporta una diversidad de reptiles. Todas estas especies en su conjunto, se han visto afectadas por la introducción de nuevos depredadores: los gatos.

    Foto: Son Playas.

    ¿Qué se puede hacer?

    Osuna Loubet consideró que deben implementarse medidas de control para evitar que más personas liberen gatos en el cerro. Una forma de hacerlo es multar a quien abandone a los animales en espacios públicos y prohibir que se les alimente.

    «Esto ya se salió de control porque la gente dice: lo voy a dejar al cabo hay quien le lleva alimento», refirió.

    Pero lo más importante, puntualizó, es informar y sensibilizar a la población para que se haga responsable de sus mascotas.

    La presencia de gatos ferales es un problema que también se registra en otros sectores de Mazatlán, como por ejemplo en las invasiones y en los esteros, en dónde se han encontrado grupos de 20 a 50 animales.

    Resolverlo no será sencillo, pues parte de estos ejemplares no son candidatos a ser adoptados por su agresividad y se carece de un albergue que les brinde atención, comentó Osuna Loubet, quién además es una de los especialistas que participan de forma gratuita en la campaña de esterilización de gatos callejeros en Mazatlán.

    Dato:

    Un gato doméstico puede llegar a vivir de 15 a 25 años en una casa, pero en estado salvaje su esperanza de vida es de 8 a 10 años.

    Al no estar vacunados, los gatos pueden contraer y transmitir enfermedades. Foto: Son Playas.
    Reportan un aumento de gatos y mapaches.
    Foto: Cortesía.

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