Con este documento rector, se busca promover el desarrollo integral del territorio y de los asentamientos humanos de la entidad con visión sustentable.
¿Cómo va a crecer la población de Sinaloa en los próximos 20 años?, ¿alcanza la infraestructura que se tiene actualmente?, ¿qué prácticas económicas, sociales y culturales se deben cambiar para dejar de deteriorar el territorio? y ¿qué zonas se deben preservar para no poner en riesgo la sustentabilidad?, son algunas de las interrogantes a las que el Programa Estatal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Sinaloa dará respuesta una vez que concluya el proceso de actualización que está a cargo de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable.
Este instrumento de planeación también deberá indicar cuáles son las zonas estratégicas que por ningún motivo se deben urbanizar y cuáles prácticas sostenibles podrían potenciar el desarrollo de Sinaloa.
El programa, mandatado por la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, identifica las problemáticas respecto a la ocupación y uso racional del territorio en la entidad. Sobre esta base, habrán de definirse las estrategias de desarrollo socioeconómico y preservación ambiental, enfocando los esfuerzos en lo más urgente.
Dicho documento estará integrado por estudios, políticas, normas técnicas, disposiciones e instrumentos pendientes para promover el desarrollo integral del territorio y de los asentamientos a un plazo de 20 años y con una visión sustentable.
Proceso de formulación
Actualmente, el proceso de formulación se encuentra en la segunda etapa que consiste en recoger los proyectos y propuestas ciudadanas de los diferentes sectores a través de talleres regionales denominados «Diseño colaborativo de estrategias» para la actualización del Programa Estatal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Sinaloa.
La ciudadanía puede participar a través de mesas de trabajo temáticas de carácter urbano, socioeconómico y ambiental. El primer taller se realizó este lunes en Mazatlán con la participación de representantes de la sociedad civil, academia, integrantes de diferentes consejos ciudadanos, cámaras empresariales y autoridades locales de los municipios de la región sur del estado, quienes revisaron, plantearon, corrigieron o mejoraron el avance de este programa a partir de un diagnóstico, que fue la etapa uno.

La fase de diagnóstico también se llevó a cabo a través de talleres, trabajo de campo, encuestas, entrevistas, trabajo documental, cartográfico y de investigación; se identificó la situación y problemáticas del estado para a partir de ahí empezar a plantear soluciones y caminos de acción, según se informó durante el evento realizado en la sala de Cabildo.
El taller de la zona centro se realizará en Culiacán el martes 26 de septiembre mientras que el de la zona norte se llevará a cabo el miércoles 27 en Los Mochis.
Después de estas jornadas viene la fase tres que es de consulta pública, en el que las personas podrán acceder a un borrador de documento y hacer llegar sus propuestas e inquietudes, posteriormente seguirá la etapa de aprobación y puesta en marcha. Esta fase tendrá una duración de dos meses a partir del 9 de octubre.
«Estamos apenas en la segunda etapa de la formulación del programa, es un proceso un poco largo, pero el objetivo es que sea un proceso participativo, que no nos esperemos a que haya un documento terminado para empezar una consulta, sino que desde su elaboración estemos incluyendo la participación de la ciudadanía en la integración del instrumento», señaló Ximena Iracheta, directora técnica y asesora del proyecto por la consultora Kreativa.
Certeza en la planeación
Actualizar los instrumentos que dan certeza a la planeación, ejecución de programas y acciones, permitirá tener ciudades y comunidades más amigables y resilientes, indicó Yamel Rubio Rocha, Subsecretaría de Desarrollo Sustentable.
La funcionaria estatal apuntó que hace más de 10 años que este programa no se actualizaba, por lo que resultaba urgente hacerlo debido a qué Sinaloa ya no es el mismo que en aquel entonces.
Una vez publicado el Programa Estatal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Sinaloa, se convertirá en una política pública de consulta obligatoria, es decir, será un documento vinculante para cualquier acción de desarrollo.
«Si el ordenamiento dice que Mazatlán y Culiacán pueden crecer hacía el norte o hacia el sur, sobre eso se tienen que redirigir los esfuerzos por parte de los desarrolladores, es un documento vinculante», apuntó.
El programa estatal establecerá políticas y directrices de ordenamiento territorial generales, en tanto que los municipios serán los que establezcan el uso de suelo específico de acuerdo a su obligación constitucional, aunque no todos los gobiernos locales cuentan con este programa municipal.
Qué sí y qué no se puede hacer en cada porción del territorio, cómo distribuir las infraestructuras, los equipamientos, cómo llevar desarrollo a donde no ha llegado o cómo distribuir las inversiones públicas, son algunas de las funciones de este este instrumento de planeación.
«Va a permitir tomar mejores decisiones. Un instrumento desde este tipo no podría ser sin la participación de cada uno de los sectores, academia, sectores sociales, colectivos, personas individuales», agregó
Problemáticas detectadas
Algunas de las problemáticas identificadas en el programa Estatal de Ordenamiento Territorial y de Desarrollo Urbano de Sinaloa son:
- Solo el 3.5% del territorio del estado es Área Natural Protegida; el sugerido es del 10 o 12% del territorio.
- De los 14 acuíferos que hay en la entidad ocho están sobreexplotados; 10 municipios enfrentan problemas de sequía extrema.
- Los municipios enfrentan problemas graves en el manejo de sus residuos sólidos que se disponen a cielo abierto sin condiciones adecuadas.
- Hay una marcada segregación socioeconómica y espacial derivado de los desplazamientos forzados por violencia y falta de empleo.
- Desequilibrio territorial, patrón de dispersión, casi una cuarta parte de la población vive en localidades rurales dispersas.
- La infraestructura estratégica está desarticulada, puertos de Mazatlán y Topolobampo son subutilizados, vías férreas obsoletas y sistema carretero deficiente.
- La movilidad urbana y suburbana es ineficiente, se privilegia el uso del automóvil que está generando una crisis de contaminación.
- Expansión urbana vía fraccionamientos campestres, ocasiona fragmentación del entorno rural- natural.
Dato
- La elaboración del programa implica una inversión de 2 millones de pesos financiados por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
- El documento podrá ser revisado y modificado en su caso cada seis años.