Flora y fauna nativa, como los venados, pierden su hábitat natural ante el acelerado crecimiento urbano en el norte de la ciudad, zona que aún carece de un ordenamiento territorial y ecológico.
En Mazatlán, tierra de venados, la expansión de la mancha urbana acaba con el hábitat de esta especie emblemática del municipio. Se han talado miles de árboles nativos, desbaratado cerros y rellenado arroyos para dar paso a complejos residenciales, comerciales, turísticos y habitacionales.
Sin un ordenamiento territorial que contemple reservas naturales, corredores biológicos ni pasos de fauna, el norte de la ciudad se transforma al concentrar el mayor desarrollo inmobiliario de la ciudad. Conforme avanza la maquinaria pesada y las nuevas construcciones, las especies que habitan la selva baja caducifolia pierden espacio, agua y alimento.
Empujados por la deforestación de sus territorios, venados cola blanca han sido observados con mayor frecuencia en vialidades y en los nuevos complejos desde que la apertura de la carretera Mazatlán-Durango detonó las inversiones inmobiliarias. Varios de ellos han muerto atropellados.
Por ejemplo, la mañana del 10 de septiembre de este año una cría hembra fue a parar a la cancha de tenis de un residencial ubicado a la altura de Playa Bruja. Elementos del Escuadrón de Salvamento Acuático atendieron el reporte del administrador del lugar, aseguraron al ejemplar y lo trasladaron al hospital de fauna silvestre del Acuario Mazatlán.
El médico veterinario del organismo, José Ramón Chávez Sotomayor, confirmó que el espécimen, de seis a ocho meses de edad, presentaba golpes en patas y ojos, al parecer producto de un atropellamiento. La cría “bambi” murió de un paro cardiaco al día siguiente, pues a decir del especialista, estas criaturas son muy nerviosas y se estresan con facilidad.
Una semana antes, un macho adulto fue atropellado en la avenida Cerritos por un camión urbano. El animal no sobrevivió a la fractura de quijada que le provocó la colisión y murió mientras era trasladado para recibir atención médica.
Mazatlán, tierra de venados
En lengua náhuatl, Mazatlán significa tierra de venados. El escudo del municipio incluye la cabeza de un venado de perfil en su parte central, en alusión al nombre de este lugar.
La especie que habita en Mazatlán es el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), y aunque no se encuentra en la lista de especies amenazadas en México, se ve afectada por la destrucción de su hábitat, al igual que otros animales que sí se encuentran en riesgo.
El ingeniero agrónomo Francisco Farriols Sarabia, propietario de la única reserva natural de la zona, destinada voluntariamente a la conservación, explicó que las especies desplazadas están destinadas a morir porque su entorno natural fue modificado y la capacidad de carga de los predios colindantes ya está al límite, es decir, el espacio y alimento disponible no soporta más animales.
Los otros habitantes de la selva baja caducifolia
La selva baja caducifolia que aún queda en la zona norte de Mazatlán es hábitat de al menos 2 mil 500 especies de flora y fauna, según registros de la plataforma Naturalista, de las cuales cerca de 61 especies se encuentran en peligro de extinción, como la chara sinaloense (Cyanocorax beecheii), ave endémica de nuestro estado.
¿Por qué ocurre?
Aunque se trata de la zona de mayor interés turístico y residencial, la franja que colinda con la costa, al norte de Mazatlán, no dispone de un ordenamiento territorial que contemple reservas naturales y circuitos que permitan el desplazamiento libre y seguro de las especies.
Simplemente se tala y se construye sin dar opciones para que los animales de replieguen o se dirijan a otro hábitat en el que puedan sobrevivir. Mucho menos existe un programa de rescate y reubicación para aquellas especies de movilidad limitada, como los reptiles, por ejemplo.
Además, en las vialidades de la zona no hay señalética que advierta sobre el paso de fauna silvestre, como es el caso de venados, jabalíes, coatís, tlacuaches, víboras, mapaches, reptiles, entre otros, incluyendo especies en peligro de extinción.
¿Quién regula?
El documento normativo disponible para todo el casco urbano de Mazatlán es el Plan Director de Desarrollo Urbano, actualizado hasta el año 2012. El texto reconoce las tendencias de crecimiento hacia la zona norte así como la existencia de áreas de importancia ecológica y problemas en el uso de suelo.
Para el caso específico del sector que abarca desde la Marina hasta Cerritos, el documento rector indica que es necesario establecer una normatividad que evite un alto impacto a los recursos ambientales y definir las zonas de mayor riesgo para prohibir la urbanización en ellas.
Los planes parciales son una herramienta complementaria del ordenamiento territorial, sin embargo, dicho polígono aún no cuenta con uno. De esta forma, el crecimiento acelerado rebasó a la planeación urbana en los predios de mayor interés económico de Mazatlán.
La autorización de nuevos proyectos y permisos de construcción debe darse siempre y cuando estén alineados al Plan Director y a los planes parciales de desarrollo. Sin embargo, las zonas de crecimiento ya presentan afectaciones en los escurrimientos naturales, tal es el caso de arroyos, lagunas y el Estero del Yugo, por mencionar algunos de los problemas ambientales generados por la falta de orden.
A su vez, los proyectos deben contar con estudios de impacto ambiental autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, los cuales deben contemplar medidas de mitigación de daños.
¿Qué se va a hacer?
Leticia Alvarado Fuentes, directora del Instituto Municipal de Planeación de Mazatlán (Implan) desde el 28 de agosto de este año, informó que el organismo ya trabaja en la elaboración de un plan parcial para esa zona, en la que se contemplan medidas de conservación del capital natural.
“Parte del encanto de Mazatlán es justamente toda esta riqueza de flora y fauna que tendría que estar incluida como parte de lo rescatable y de lo respetable dentro del desarrollo sustentable; no podría ser sustentable si acabamos con lo natural”, señaló.
Dijo que este documento será puesto a consideración de la comunidad y especialistas a través de consultas para incorporar sus propuestas.
Hasta el momento, Mazatlán cuenta con tres planes parciales: Centro Histórico, Corredor Logístico Mazatlán-Villa Unión y Acceso Libramiento Norte, que junto a la franja costera, concentra el mayor crecimiento habitacional, comercial y turístico.
Registros de venados
En la plataforma Naturalista se observan registros de venados cola blanca desde el 2016 a 2020, aunque la mayoría corresponde a los dos últimos años. La mayoría de los registros se encuentran en el polígono que forman la avenida paseo del Pacífico y la carretera Mazatlán Culiacán, sin embargo, los usuarios de esta plataforma también han realizado registros de la especie en predios de la Marina Mazatlán, Real Pacífico y Estero del Yugo.
Foto principal: Christian Lizárraga.
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