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    Poemas marinos de Esteban Flores

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    Esteban Flores nació en Chametla en el Distrito de El Rosario en 1870, pero desde niño se traslada a Mazatlán donde conoció las letras y descubrió su pasión periodística en El Correo de la Tarde del que llegó a ser su principal cronista y redactor.

    Dedicado a la actividad política fue en algunos periodos regidor de Mazatlán y de Culiacán. Trabajó para el Gobierno del Estado siendo director del Periódico Oficial y llegó a desempeñarse como director de educación y encargado de la estadística estatal.

    Vida de poeta

    Tanto en Mazatlán como en Culiacán Esteban Flores tuvo trato directo y colaborativo con poetas y escritores de finales del siglo XIX y principios del XX siendo su pluma prolífica e incansable, dotada de recursos liricos, románticos y cargados de ironía.

    Poemas marinos
    Esteban Flores

    Al hablar de Esteban Flores, el poeta Enrique González Martínez nos regala una imagen soberbia para la posteridad:

    “En Sinaloa pasé quince años- bienhechores y fecundos – conocí en Mazatlán a Esteban Flores. Lo recuerdo joven, alto y recio, con mucho de nuestro indio norteño; moreno y ceñudo; parco en palabras, con mezcla de orgullo y timidez; la sonrisa clara, en contraste con el fruncimiento de las cejas, y en todo él un aire de fuerza refrenada y de emoción reprimida, propia de temperamentos que no gustan de entregarse en efusividad prematura, y que es signo de noble y pudorosa distinción.”

    González Martínez escribe estas notas descriptivas sobre Esteban Flores como parte de un emotivo prólogo que redactó en 1938, dedicado a la compilación de poemas que se le impuso el nombre de La Visión Dispersa.

    Esteban Flores
    Portada del libro.

    La obra es una selección de poemas que Esteban Flores había escrito a lo largo de su carrera periodística y en las páginas del Suplemento Dominical de El Correo de la Tarde entre 1898 y 1905. También se incluyen sus colaboraciones con la revista literaria La Bohemia Sinaloense (1897-1899) que dirigía el poeta Julio G. Arce y que se publicaba en Culiacán; otros poemas serían publicados en la revista Arte que dirigía Enrique González Martínez junto al poeta Sixto Osuna en la Villa de Mocorito entre 1907-1909.

    Homenaje post mortem

    Así, esta obra dispersa se reunió y se publicó post mortem, como un homenaje que pretende salvarlo del olvido, pues Esteban Flores murió asesinado muy cerca de la población de El Venadillo en 1927 cuando cumplía su misión de inspector de alcoholes entre las haciendas mezcaleras del distrito de Mazatlán, un cargo burocrático que le daba para vivir, pero no apto para personajes honestos. Un brutal asesinato nunca esclarecido.

    Posterior a su asesinato, las autoridades impusieron su nombre a una calle de Mazatlán.

    Sobre su obra

    La obra de Esteban Flores tiene fuerza y elegancia. Fue uno de los exponentes del modernismo mexicano del que hicieran escuela poetas como Amado Nervo y Enrique González Martínez, con los que Esteban Flores mantuvo comunicación y a los que daba seguimiento y rendía admiración.

    La obra de Flores no deja de lado el paisaje de su amado puerto Mazatleco y aquí damos a conocer dos ejemplos de su creatividad poética y visión extática del paisaje marino de sus atardeceres y del incesante golpe de las olas sobre las rocas de nuestro litoral.

    Esteban Flores
    Foto: Son Playas.

    Marina

    Declina el sol. Sobre el mar
    ilimitado y sonoro,
    baja –diluvio de oro-
    la tinta crepuscular.

    Melancólico cantar,
    vago, tremulante coro
    asciende… ¡El almo tesoro
    de estrellas va a titilar!
     
    Y del ocaso indeciso
    en la faja luminosa
    que un grito al asombro arranca,
     
    llena el célico hechizo
    como una ala misteriosa
    palpita una vela blanca!

    El peñón

    Entre el hervor de la espuma
    que danza trémula y loca.
    Hunde, levanta o esfuma
    su mole negra una roca.

    El mar la asalta, la abruma,
    retírase, vuelve, choca,
    y cada vez que la toca
    estalla un airón de bruma.

    El sol moribundo anega
    en luz el agua, y despliega
    su augusta pompa de duelo;

    y es el peñón una airada
    cabeza desmelenada
    que se irgue imprecando al cielo.

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    Luis Antonio Martínez Peña
    Dr. Luis A. Martínez Peña

    Es doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Entre su obra publicada se encuentran: “El porfiriato en Sinaloa”; “Mazatlán, historia de su vocación comercial durante el siglo XIV”; “Inversiones extranjeras en el noroccidente de México durante el siglo XIX”; “Los vascos en el sur de Sinaloa” y Cancionero de Mazatlán, entre otros.

    Luis Antonio Martínez Peña
    Luis Antonio Martínez Peña
    Luis Antonio Martínez Peña es doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Entre su obra publicada se encuentran: «El porfiriato en Sinaloa»; «Mazatlán, historia de su vocación comercial durante el siglo XIV»; «Inversiones extranjeras en el noroccidente de México durante el siglo XIX»; «Los vascos en el sur de Sinaloa» y Cancionero de Mazatlán, entre otros.