En Mazatlán opera un Hospital de Fauna Silvestre que recibe especies lesionadas o que han sido decomisadas por comercio ilícito; incluso aquellas cuyos dueños ya no pueden cuidarlas y terminan por entregarlas. Dicho espacio es uno de los programas de conservación del Acuario Mazatlán que por más de dos décadas ha rehabilitado animales que llegan heridos o enfermos.
Durante el 2019 se atendieron cerca de 600 especímenes, de los cuales la mitad fueron aves, principalmente guacamayas y loros procedentes de decomisos realizados en la zona sur de Sinaloa por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Entre los ejemplares se encuentran especies en riesgo protegidas por las normas mexicanas, informó Pablo Rojas Zepeda, director del organismo paramunicipal.
En el transcurso del año pasado también se recibieron pelícanos, búhos, aguilillas, patos pichichines, garzas y aves migratorias como el pájaro bobo; la mayoría de ellas con golpes o fracturas.
Entre los reptiles atendidos destacan las iguanas, tortugas terrestres, boas, víboras de cascabel y cocodrilos; en lo que respecta a mamíferos, ingresaron murciélagos, dos crías de venado y dos lobos finos de Guadalupe.
Los animales que logran recuperarse son liberados en su entorno natural y los que quedan con lesiones permanentes se mantienen en cautiverio porque de lo contrario no lograrían sobrevivir.
«Somos el primer centro de cuidado de vida silvestre en la zona sur, somos el único», señaló Pablo Rojas Zepeda.
El funcionario manifestó que en el 2019 aumentó el numero de atenciones debido a que más personas empiezan a preocuparse por cuidar y ayudar a los animales que lo necesitan.
Especies aseguradas siguen en recuperación
Entre agosto y septiembre de 2019, la Fiscalía General de la República puso bajo resguardo de Acuario Mazatlán un total de 125 aves decomisadas por Profepa, entre pericos frente naranja y loros frente blanca y frente amarilla. De todos ellos, solo han logrado sobrevivir once ejemplares debido a que se encontraban en muy mal estado, explicó aparte José Ramón Chávez Sotomayor, médico veterinario responsable del Hospital de Fauna Silvestre.
«Venían hacinados, en muy malas condiciones y súper deshidratados, entonces murieron muchisimos», lamentó.
Los individuos que aún se mantienen con vida siguen en recuperación debido a que sus captores les recortaron las alas y aún no pueden volar.
Chávez Sotomayor manifestó que en el hospital trabajan ocho personas con el reto de lograr que las especies que llegan lesionadas se recuperen, además de brindar atención médica a los animales que forman parte de la exhibición permanente del acuario.
Loros decomisados en 2019. José Ramón Chávez Sotomayor
Aunque en menor medida, comentó, también se han admitido animales silvestres como loros y tortugas que estaban en posesión de particulares pero que por diversas razones ya no pudieron hacerse cargo de ellas.
Salvo los casos de mamiferos marinos, la mayor parte de los animales silvestres que se reciben en el organismo son llevados por la población o cuerpos de auxilio y otras dependencias dado a que no se cuenta con personal y equipo suficiente para acudir en todos los casos, según precisó la dirección.

Muere uno de los dos lobos finos de Guadalupe rescatados en 2019
El año pasado, Acuario Mazatlán recibió dos lobos finos de Guadalupe; una hembra y un macho que fueron rescatados en los municipios de Mazatlán y Rosario, en los meses de marzo y abril, respectivamente.
El director del organismo informó que la hembra murió en noviembre por un infarto derivado de un problema cardiovascular.
El macho sigue en recuperación con un pronóstico favorable, sin embargo, no se dispone del equipo necesario para transportarlo y liberarlo a la Isla de Guadalupe, su hábitat natural, ubicada frente a la península de Baja California. Dicha especie se encuentra en peligro de extinción.
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