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    El Gran Árbol está sano y fuerte: especialistas

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    El Gran Árbol se encuentra en buen estado de salud y con posibilidades de vivir más años, aún con la obra de revestimiento del arroyo Jabalines, en cuyo margen se encuentra desde hace décadas, concluyeron especialistas tras realizar una valoración del espécimen.

    A petición del grupo de jóvenes que defienden su permanencia en el lugar, la bióloga Eunice Murúa, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) Unidad Mazatlán, acudió para valorar las condiciones del árbol en compañía del biólogo Guillermo Millán, quien es estudiante de maestría en ecología y medio ambiente de la misma institución académica.

    “El estado de salud del árbol es excelente, es un Ficus pertusa, de la familia Moraceae, atinadamente identificado por mi colega Guillermo Otero,  su corteza, su follaje, sus raíces aferradas a la vida del arroyo, reflejan el sublime estado en el que se encuentra”, manifestó Eunice Murúa a través del reporte entregado por escrito a los solicitantes.

    De esta manera se descarta que El Gran Árbol esté enfermo o que tenga algún tipo de plaga que ponga en riesgo su supervivencia.

    el gran árbol Mazatlán
    El Gran Árbol (Ficus pertusa) es de importancia ecológica y social.

    Al respecto, Guillermo Otero mencionó que esta especie es muy resistente, por lo que crece y se adapta a condiciones adversas, incluso en áreas en rocosas y con suelo escaso.

    -¿Es cierto que el árbol puede secarse o caerse?

    “No creo. Crecen en riscos, en roca madre, sin necesidad de suelos someros”, contestó.

    ¿Quién es el Gran Árbol?

    El árbol que un grupo de jóvenes están buscando salvar de una tala injustificada, es conocido como “Camichín” o “Capule”. Su nombre científico es Ficus pertusa y pertenece a la familia Moraceae, misma donde se encuentran la Mora, el Higo y el Apomo, explicó Guillermo Otero.

    Este ejemplar se ubica a la orilla del arroyo Jabalines, sobre las calles Framboyán y Cedros del fraccionamiento Jacarandas, en Mazatlán.

    El Gran Árbol
    El Gran Árbol se ubica a la orilla del arroyo Jabalines, sobre las calles Framboyán y Cedros del fraccionamiento Jacarandas, en Mazatlán. Foto: Son Playas.

    ¿Por qué se hizo famoso?

    Los jóvenes del lugar se opusieron a que fuera talado a causa de la obra de revestimiento del arroyo  que realiza el gobierno estatal. A raíz de su movimiento, El Gran Árbol será respetado y la obra continuará con algunas modificaciones, según informó Carlos Gandarilla, secretario de Desarrollo Sustentable de Sinaloa, el pasado 15 de julio.

    La noticia generó manifestaciones de apoyo entre ciudadanos de diversos asentamientos de la ciudad. Ahora, El Gran Árbol es una proyecto ciudadano que promueve la educación ambiental y que busca impedir la tala de los árboles que aún quedan en el tramo del arroyo que será cubierto con concreto hidráulico.

    Cabe señalar que cerca de un kilómetro de mangle y una diversidad vegetal se sustituyó por concreto hidráulico. La obra, que inició en el año 2018, fue calificada como un ecocidio por el Consejo Ecológico de Mazatlán (Cemaz). Hasta el momento, la autoridad no ha dado a conocer la manifestación de impacto ambiental ni las medidas de mitigación por la tala realizada.

    Gran árbol
    Los jóvenes de Jacarandas se opusieron a que el árbol fuera talado a causa de la obra de revestimiento del arroyo Jabalines que realiza el gobierno estatal. Foto: Son Playas.

    Importancia de la especie

    Al igual que las demás especies del género, El Gran Árbol (Ficus pertusa) es de importancia ecológica porque brinda beneficios para la fauna sinaloense.

    Guillermo Otero explicó que este árbol produce unas “bolitas” que en botánica se les conoce como siconos y son fuente de alimento para varias especies de aves como los pericos frente naranja y catarinos; hurracas, chalangantín, chachalacas y charas, por mencionar algunas.

    Además, es alimento de reptiles como cachoras, geckos y para las dos especies de iguanas que existen en la región (la verde y negra), que se encuentran protegidas por órganos legales.

    “También brindan hábitat para cientos de insectos y miles de especies microscópicas y a ese nivel, representa un ecosistema, por lo que en un sentido filosófico podríamos decir que ese árbol constituye un universo”, señaló el especialista.

    Valor ambiental y social

    En su reporte, la bióloga Eunice Murúa señala que además del valor ambiental, El Gran Árbol tiene un valor social que ha acompañado a las familias de esta zona.

    Pese a que la especie no es endémica y no está protegida por normas oficiales, este ejemplar le ha dado a la gente un espacio de encuentro y recreación que los psicólogos llaman “apropiación del espacio”, explicó.

    Este fenómeno social se manifiesta a través del apego que las personas sienten por un lugar.

    “Quienes defienden la idea de que el árbol permanezca en su lugar, han adquirido esa conciencia; el árbol les ha dado identidad, apego (afectos, emociones, sentimientos, creencias, pensamientos, conocimientos, acciones, conductas, etc.) derivado del tiempo de residencia y la percepción de las características físicas del entorno”, explica.

    La especialista considera que este fenómeno social, surgido en torno al Gran Árbol, podría ser el conducto para implementar una agenda social que permita que la comunidad se empodere, que participe en las decisiones públicas y en estrategias de sostenibilidad.

    “Este árbol no merece ser talado por la simple y sencilla razón de que existe un vínculo muy estrecho entre él y las personas que viven a su alrededor», opina.

    Gran árbol arroyo Jabalines
    Cerca de una hectárea de mangle y vegetación diversa ya fue talada. Foto: Son Playas.

    ¿Qué se puede hacer?

    Eunice Murúa refiere que casi todos los ecosistemas del planeta han sufrido una transformación drástica debido a las actividades humanas, entre ellas, el avance de la urbanización. Lo mismo sucedió en el arroyo Jabalines.

    “En este arroyo no solo se ha deforestado la vegetación, sino que se ha destruido el humedal, junto con toda la fauna y flora autóctona, lo que, por ende, afecta en la permeabilidad del suelo y ¿qué crees? promueve las inundaciones, ¿irónico no?”, cuestiona.

    Mientras en otros países del mundo se impulsa la restauración del paisaje con plantas nativas que atraen aves e insectos, y que además los coloque en la tendencia de sostenibilidad, en Mazatlán se sigue perdiendo la cobertura vegetal.

    El desarrollo y el cuidado del medio ambiente son posible. Para lograrlo, se requiere de la participación ciudadana, justo lo que el grupo de jóvenes del fraccionamiento Jacaradandas hacen ahora, concluye la especialista, quien además promueve la arborización de la ciudad de Mazatlán con especies nativas.

    En este sentido, los tomadores de decisiones deben reflexionar cuál será el futuro próximo del desarrollo de Mazatlán, finaliza.

    A partir de este viernes se empezaron a impartir charlas de educación ambiental al pie del Gran Árbol. Se transmitió un video sobre la importancia de los manglares y se ofreció una explicación de la iniciativa ciudadana impulsada por jóvenes.