La reproducción de tortugas marinas podría verse afectada por el cambio climático, pues el incremento de la temperatura define el sexo de la especie, de tal manera que a mayor calor se producen más hembras y menos machos, advirtieron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A través de un comunicado, se explicó que cuando la temperatura está por debajo de los 28 grados se producen machos, y arriba de los 29 grados, hembras.
“Las altas temperaturas parecen provocar un sesgo hacia la producción de más hembras”, afirmó Raquel Briseño Dueñas, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM y coordinadora del Banco de Información de Tortugas Marinas (BITMAR) de esa entidad universitaria.
Monitoreo de tortugas marinas
Briseño Dueñas informó que el BITMAR investiga el impacto del incremento de la temperatura en el desarrollo de embriones de los quelonios, y para ello ha instalado sensores térmicos en playa Las Cabras, en el municipio de Escuinapa, Sinaloa.
“Hemos tenido que reubicar las nidadas, pues en meses de mayor anidación tenemos temperaturas que son letales”, dijo.
En el campamento tortuguero FONATUR-Sinaloa, ubicado en el citado municipio, también se aplican marcadores satelitales a especímenes adultos, pues mediante telemetría es posible conocer los lugares a donde migran después de que se reproducen y anidan sus huevos.
“Queremos saber si la migración es selectiva por género, o si hembras y machos concurren a los mismos sitios”, expuso Briseño.
Debido a estudios sobre su comportamiento, se sabe que las tortugas ocupan diferentes entornos, por lo que es necesario cuidar tanto las playas como los hábitats marino-costeros, indicó la investigadora.
Más amenazas para las tortugas marinas
El cambio climático, junto con la pesca incidental, el saqueo de nidos, la destrucción y contaminación de su hábitat, así como el incremento en el nivel del mar, son las principales amenazas para estos animales.
La especialista indicó que las tortugas quedan atrapadas en redes o palangres usados para la pesca de otras especies, pero también son capturadas de manera ilegal.
“Se debe hacer conciencia entre los pescadores para que entiendan que si no respetan vedas y épocas de reproducción, acabarán con las especies”, apuntó.
En México existen seis de las siete especies de tortugas marinas existentes en el mundo. Las laúd (Dermochelys coriácea) y carey (Eretmochelys imbricata) son las más vulnerables y requieren ser una prioridad.
Conservación
Actualmente, dijo la investigadora, nuestro país participa en iniciativas a nivel continental para la preservación de las tortugas marinas.
“Tiene la obligación de informar la condición de las poblaciones de tortugas, las acciones que realiza para disminuir sus amenazas y las medidas para su recuperación, pues ha suscrito acuerdos internacionales como la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas, y la Convención sobre la Diversidad Biológica, entre otras», mencionó.
Por otra parte, añadió, desde la UNAM se apoyan iniciativas locales para involucrar a las comunidades en el cuidado de la especie.
«Intervenimos en centros de poblaciones rurales que siempre han estado cerca de las playas y de las tortugas, con la intención de orientar, fortalecer y empoderar a estos grupos comunitarios, para que valoren este patrimonio natural, lideren iniciativas de protección y obtengan beneficios desde la conservación de especies y hábitats”, enfatizó.
Mención honorífica por esfuerzos de conservación
Por su labor de más de cuatro décadas para preservar las tortugas marinas, Raquel Briseño Dueñas obtuvo mención honorífica del Premio Nacional de la Conservación 2019, en la categoría de Área Académica e Investigación, que otorga la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
El reconocimiento es también por su trabajo para establecer el Banco de Información de Tortugas Marinas (BITMAR) en 1988, esfuerzo pionero para sistematizar datos al respecto, así como las acciones de distintas universidades en las playas mexicanas para cuidar los hábitats de reproducción. Además, por elaborar un directorio de personas e instituciones que participan en su cuidado. Hoy esta información ya es recabada por el gobierno mexicano.
En 1994, Briseño Dueñas obtuvo financiamiento de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) para elaborar un inventario de las playas de anidación de las tortugas en México.
Es cofundadora del primer campamento tortuguero en Sinaloa. Desde 1975 a 2019 ha realizado gestiones, como proponer la inclusión de la playa El Verde, en el Decreto de Zonas de Reserva de Tortugas Marinas de 1986, así como en la elaboración de la ficha para la declaratoria como sitio Ramsar 1349.
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