
Las dos especies en peligro de extinción provienen de la isla de Guadalupe, Baja California.
Llegaron lesionados, desnutridos y deshidratados. El pronóstico de recuperación de dos lobos finos de Guadalupe, rescatados en circunstancias diferentes, fue reservado, pero hoy, ambos ejemplares se alimentan con pescado fresco y han ganado peso.
El pasado 17 de marzo de 2019, una hembra fue encontrada en las escolleras de la Isla de la Piedra. Después de que Protección Civil Municipal dio aviso del hallazgo, elementos de la Profepa y del Acuario Mazatlán se encargaron de rescatarla y trasladarla a las instalaciones del citado centro acuático para que recibiera atención médica.

Foto: Protección Civil Municipal de Mazatlán.
A simple vista, el ejemplar presentaba lesiones en el cuerpo y signos de deshidratación; pero al revisarla se dieron cuenta de que tres espinas y huesos, -al parecer de mantarraya-, estaban encajadas en su mandíbula, una de las cuales, alcanzó el ojo afectando su visión.

Se estima que el espécimen, de tres años de edad, dejó de alimentarse durante algún tiempo debido al dolor que le generaban las puntas, lo que a su vez provocó su deshidratación.
“Venía en muy mal estado, venía casi muerta la lobita, venía muy golpeada, muy lastimada”, recordó el biólogo Pablo Gerardo Rojas Zepeda, director del Acuario Mazatlán.
Segundo rescate
Un mes después, el 27 de abril, se registró un suceso similar. Esta vez se trató de un macho de aproximadamente seis años de edad que se encontraba en la escollera de la Playa del Caimanero, en el municipio de Rosario.
Personal de Ecología, Protección Civil y Seguridad Pública de esa localidad realizaron el salvamento del ejemplar que presentaba lesiones, signos de desnutrición y debilidad. Posteriormente fue trasladado al Acuario Mazatlán.
“Venía también en un estado de salud muy deteriorado, yo creo que lo veíamos en peor estado que la hembra”, indicó Rojas Zepeda.

Lobos finos de Guadalupe en peligro de extinción
Ambos ejemplares son de lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), especie endémica de México que habita en la isla Guadalupe, localizada a 241 km de la costa de la península de Baja California, en el océano Pacífico, y no es común verlos en las costas del sur de Sinaloa. La especie está en peligro de extinción de acuerdo a la NOM-059-Semarnat-2010. Se desconoce la causa por la que dichos organismos se alejaron de su hábitat natural.
En proceso de recuperación

Pese a que su estado de salud era delicado, con pronósticos reservados, los dos lobos finos de Guadalupe han salido de peligro, ya comen solos y han ganado peso, según se informó.
A su llegada al Acuario Mazatlán, la hembra pesaba 30 kilos y hoy pesa más de 45. El peso del macho era de 57 kilos y después de un mes de tratamiento alcanzó los 65.

Tomás Ramírez Ramírez, entrenador y responsable del Programa de Lobos Marinos del Acuario Mazatlán, se encargó de atender a los dos animales rescatados.
Desde que llegaron se les suministró antibióticos, vitaminas y se les asignó una de las piscinas del acuario, relató. Al principio necesitaban ayuda para alimentarse pero hoy ya comen solos.
“Las expectativas originalmente no eran alentadoras, pero ahorita ya con la alimentación, medicamentos y vitaminas, están arriba del 50, 60 por ciento de lo que esperábamos; ya están fuera de peligro”
Tomás Ramírez

Por ahora se les seguirá brindando atención para que adquieran más peso y desarrollen la fuerza necesaria. Cuando eso ocurra, se analizará la posibilidad de liberarlos o mantenerlos en cautiverio.
Con 34 años dedicados a trabajar con delfines y lobos marinos, Tomás Ramírez estima que los nuevos inquilinos tienen posibilidades de reincorporarse a su entorno natural, para lo cual deberían ser trasladados hasta su hábitat. Su incorporación a los espectáculos es menos probable debido a que el adiestramiento de esta especie es más complicado a diferencia de los lobos marinos californianos (Zalophus californianus).
Atención y entrenamiento de mamíferos marinos
Actualmente, en el Acuario Mazatlán hay nueve lobos marinos californianos y dos lobos finos de Guadalupe en cautiverio.
Al ser parte de la Red de Atención para Varamientos de Mamíferos Marinos de Sinaloa, el organismo paramunicipal brinda auxilio a las especies que se encuentran en peligro, ya sea por lesiones o varamientos, gracias a que cuenta con personal calificado e instalaciones adecuadas para ello.

Algunos de los ejemplares rescatados han sido domesticados e incorporados al espectáculo que se brinda en ese centro recreativo, mientras que a otros se les liberó una vez recuperados. Pablo Gerardo Rojas Zepeda precisó que los animales que quedan con lesiones permanentes no pueden reintegrarse al entorno natural porque se convierten en presa fácil para sus depredadores.
A los machos también se les conserva con fines reproductivos. Como ejemplo está Bony, un lobo marino californiano, que con 28 años de edad, es el ejemplar más longevo del lugar; él fue rescatado en Topolobampo y es padre de varias crías nacidas en cautiverio.
Después sigue Toby de 16 años de edad, quién siendo muy joven fue encontrado en el cerro del Crestón. Tito, en cambio, fue traído desde Altata y ya cumplió 11 años.
Con 18 años, Ely es la hembra más longeva y su incorporación se remonta al año 2003, luego de ser rescatada en Mármol. Una de las hembras más pequeñas tiene cinco años, fue encontrada en la Zona Naval y entregada por la Armada de México, refirió Rojas Zepeda.
También se han logrado varios nacimientos en cautiverio. El primero fue el de Sily en 1999 y el más reciente fue el de Coco, nacida en junio del 2017.
Entre todos consumen entre 1.5 y 2 toneladas de pescado al mes, pues en promedio, cada uno de ellos se alimenta de entre 6 y 10 kilos de producto fresco de la región e importado, según sus requerimientos alimenticios.

Labor de conservación
Más allá de la actividad recreativa, Acuario Mazatlán cuenta con programas de conservación como el de protección de tortugas marinas, además de la reproducción de caballitos de mar y medusas, para quienes se produce alimento vivo en las mismas instalaciones del organismo paramunicipal.
El director del lugar destacó que una de las prioridades de la presente administración municipal es fortalecer los programas existentes e incorporar otros.
«Queremos introducir precisamente programas de reproducción y conservación de especies en riesgo de extinción», reveló.
Se trata de una tarea poco difundida y conocida que adquiere relevancia debido a que el número de especies marinas en riesgo ha aumentado por el deterioro del entorno natural, admitió.

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