Un inventor originario de Guerrero y radicado en Mazatlán, creó un dispositivo que tiene la capacidad de atrapar los sólidos pesados suspendidos en el aire para ayudar a reducir la contaminación atmósferica. El dispositivo ya tiene patente.
Redacción| Son Playas
La contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos nueve millones de muertes prematuras cada año, según la Organización de las Naciones Unidas, siete millones de éstas por contaminación atmósferica.
La exposición a estos sustancias, se detalla en un comunicado publicado en el 2022, aumenta además el riesgo de intoxicación aguda, cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades respiratorias y efectos adversos en los sistemas inmunológico, endocrino y reproductivo, anomalías congénitas y secuelas en el desarrollo neurológico de por vida.
Cada año se emiten cientos de millones de toneladas de componentes dañinos al aire, el agua y el suelo, se espera que se dupliquen para el 2030 y se tripliquen en el 2050.
Entre las industrias que producen enormes volúmenes de contaminación son la minería, la fundición, la industria manufacturera, el sector textil y la construcción del transporte. Sin olvidar las formas de polución más conocidas que se producen por la extracción, el procesamiento y la distribución de la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural.
En todas las actividades cotidianas, incluso al utilizar un celular, una laptop o simplemente cocinar, las personas están expuestas a sustancias tóxicas a través de la respiración, los alimentos y la bebida, por contacto con la piel y a través del cordón umbilical en el vientre materno.

La contaminación es también uno de los principales motores del catastrófico declive de biodiversidad, con efectos especialmente negativos para los polinizadores, insectos, ecosistemas de agua dulce y marinos y población de aves.
Los seres humanos llevan un estilo de vida que resulta insostenible y la única opción de supervivencia es reducir las emisiones de gases que calientan el planeta, considera el mecánico industrial Jorge Amaral Muñoz.
Originario de Guerrero, pero radicado más de una década en Mazatlán, asegura haber encontrado un proceso que mitiga, contrarresta y anula los efectos de la contaminación atmosférica sobre el medio ambiente, los recursos renovables y la salud humana, proyecto al que llama «Más vida, Menos carbón, equipo reciclador»,
Se trata de un purificador de aire, dispositivo que tiene la capacidad de atrapar los sólidos pesados suspendidos en el aire por medio de un proceso llamado «secuestración de sólidos».

«En la atmósfera hay toneladas de contaminantes que solo están esperando que detonen, ese detonante puede ser un volcán, un maremoto, un incendio y puede detonar para que se muevan esas toneladas que están suspendidas en el aire y provoquen lluvias ácidas», puntualizó.
Hace ocho años que inció a trabajar en este proyecto, de la mano de un científico, al que le ha invertido tiempo, esfuerzo y mucho dinero.
¿Cómo funciona?
El equipo reciclador está compuesto por un filtro receptor de aire, un sistema de turbina inyector, trampa de líquidos y un sistema de filtro catalizador.
El aire contaminado entra por el filtro receptor y se conduce a través de una tubería a presión hasta el sistema de turbinas. El filtro trabaja por medio de fricción formando una turbulencia y luego un vórtice que arroja el flujo de aire contaminado sobre el líquido secuestrante, el constante rozamiento con este líquido hace que las partículas pesadas queden atrapadas.
El secuestrante es un compuesto químico que tiene la función de asociarse a los iones de los metales formando complejos (asociaciones) que tienen la propiedad de mantenerse solubles e inicuos; es utilizado en procesos industriales, de alimentos, en medicina e ingeniería ambiental.
La presion y velocidad son las variables claves para una mejor dispersión de las moléculas contaminantes.
«El filtro está diseñado para actuar en tres secciones y las puedo poner con diferentes secuestrantes cada una, al mismo tiempo puede eliminar tres diferentes tipos de contaminante. Por ejemplo, si tenemos un humo que aparte de tener sólidos pesados tiene residuos de amoníaco, podemos hacer una de las secciones tenga otro tipo de secuestrante para que actúe directamente sobre el amoniaco», explicó.


El aire pasa además por un filtro bacteriológico, que tal y como su propio nombre lo indica se encarga de obstruir el paso a todo tipo de bacterias y recientemente le adecuó un filtro suavizador para darle humedad y oxígeno.
«Cuando la pandemia, toda mi familia nos enfermamos y yo no gasté en oxígeno, le hice una tubería ahí para adaptar la mascarillas, nos conectábamos a ella y estábamos respirando nosotros oxígeno, aire limpio, totalmente desinfectado y libre de contaminantes», expuso.
Según la capacidad de flujo de aire el purificador se diseña a diferentes dimensiones o poner varios filtros en serie. El prototipo actual fue probado en un taller con 25 soldadores trabajando al mismo tiempo, dando buenos resultados, aseguró Jorge.
Puede estar en funciones a la interperie pero el provecho sería poco ya que son millones de toneladas de contaminantes al aire libre, sería más su utilidad si está en en un cuarto cerrado, como el aire acondicionado, o en las fábricas como un filtrador, para que el humo que expulsan las chimeneas ya salga limpio.
¿Y qué pasa con los deshechos?
Ya se han realizado experimentos con los residuos que quedan atrapados en el filtro, quemandolos en una caldera, encontrándose que el tiempo que necesitaba la caldera para alcanzar su punto máximo de ebullición, entre 30 y 35 minutos, se redujo a la mitad.
«Estamos a punto de descubrir un nuevo combustible, todos esos residuos que vienen de las combustiones y que nos originan los carbonos saturados, cuando nosotros los quemamos, ahí viene metido magnesio, manganeso, sílice, cuando se calienta y se prende tu le estás metiendo 100 o 200 grados centígrados, pero para la hora que se pone el rojo vivo genera hasta 1000%», reveló.
¿En qué va el proyecto?
El purificador de aire es práctico, requiere poco espacio, es accesible por su bajo costo de operación y mantenimiento y es muy versátil, pues se puede usar en el campo industrial, edificios de vivienda y trabajo.
Este invento cuenta con la patente nacional ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Se han hecho pruebas en varias empresas y dependencias gubernamentales de diferentes niveles, pero lamentablemente se han quedado solo en eso.
Amaral Muñoz confiesa que ya no tiene dinero y ha llegado a la bancarrota al dedicarle prácticamente ocho años de su vida al proyecto, por lo que no ha tenido la oportunidad de costear unas pruebas que comprueben que el aire sale completamente limpio.
Comentó que en una ocasión el gobierno del Estado de Sinaloa se comprometió a otorgarle unas mediciones pero después se hicieron de la «vista gorda».
La Universidad Nacional Autónoma de México también ha hecho varios pruebas con el purificador y la más reciente es la prueba cualitativa de funcionalidad que realizó la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el Laboratorio de Instrumentación, en el 2020.
¿Por qué no le apuestan al purificador?
Para el ingeniero industrial hay una apatía muy notoria por parte de las autoridades en atender al tema de la contaminación y la crisis del cambio climático, cree que esto se debe a que los gobiernos reciben apoyos económicos de asociaciones internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas, para tratar la problemática, entonces, al haber un proyecto que termine con el problema, tal vez ese incentivo ya no podría llegarles.
Amaral Muñoz apuesta al poder que tienen las redes sociales y a que su proyecto se haga viral, a la par que que la sociedad reclame a sus representantes, en este caso a los gobiernos, a dar una solución real a los problemas ambientales.
Este invento, expresó, no es de Jorge Amaral, es de la humanidad para salvar a la humanidad.

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