Desde la percepción ciudadana, estos humedales están degradados y deben restaurarse. Especialistas nos explican qué tan probable es que eso ocurra. Aquí te decimos qué es lo que proponen para mejorar los esteros, lagunas y playas locales.
¿Cuál es el estado actual de los humedales de Mazatlán? y ¿cuál es el estado ideal para estos ecosistemas dentro de 10 años?, esas fueron las preguntas del grupo científico del Laboratorio de Manejo Ambiental del Centro de Alimentación y Desarrollo (CIAD) de Mazatlán, durante el taller impartido en el marco del Día Mundial de los Humedales. La respuesta del público se resume en que tanto playas, lagunas y esteros están degradados y que para alcanzar un estado ideal es necesario restaurarlos y recuperar espacios perdidos.
Este taller, denominado «Proteger los humedales para nuestro futuro común» se realizó la tarde del 31 de enero bajo la organización del Consejo Ecológico de Mazatlán (CEMAZ) y contó con la participación de estudiantes de la carrera de Gestión de Zona Costera de la Facultad de Ciencias del Mar de la UAS, ambientalistas, académicos y público en general.
Tras una dinámica grupal que demostró cómo es que la pesca, el turismo y la agricultura dependen del buen estado de estos espacios naturales, se armaron mesas de trabajo en las que la audiencia dibujó y enumeró las problemáticas de la laguna del Camarón, los esteros del Yugo y Urías, así como las playas de Pinitos y Norte.
Estos ecosistemas costeros también son considerados humedales, al ser áreas de transición entre la tierra y el mar que permanecen parcial o completamente bajo el agua dulce o salada, de forma temporal o permanente, según explicó la investigadora Aimée Cervantes Escobar.
Los resultados de este ejercicio serán incorporados a labores de investigación y se compartirán con autoridades locales para que los tengan en cuenta en sus políticas públicas. A continuación, te presentamos un resumen.
Estado actual de los humedales urbanos de Mazatlán
Laguna del Camarón
Quienes integraron a este grupo de trabajo recordaron que el cuerpo de agua era más extenso; iniciaba en lo que ahora conocemos como Parque Central, pasando por la avenida Insurgentes hasta llegar a la Zona Dorada.
Consideraron que la laguna del Camarón ha sido uno de los humedales urbanos más devastados por los rellenos que se realizaron para la construcción de edificios, plazas comerciales, tiendas de autoservicio y un corredor automovilístico.
«De este lugar nos queda ya muy poco, está muy fragmentado todo esto», señalaron.
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Rellenos, basura y contaminación por el unicel que se utiliza en el sector de la construcción, son algunas de las principales problemáticas actuales de la laguna del Camarón. Fotos: Son Playas.
En la opinión de este grupo de trabajo, lo deseable sería que se remuevan algunas construcciones para que dentro de diez años el cuerpo de agua recupere espacios perdidos y que en sus alrededores se desarrollen bosques de árboles regionales hasta convertirlo en un santuario de aves. También se propuso añadir un humedal artificial y jardineras que sirvan para tratar y depurar aguas grises.
Estero de Urías
En esta mesa de trabajo hubo coincidencias en que la planta termoeléctrica asentada en las orillas de este humedal es su principal fuente contaminante que afecta tanto la calidad del aire, como del agua. Otros problemas importantes son los lixiviados del basurón municipal, la basura y la pérdida de manglar.
El estado ideal a diez años, en este caso, sería un estero restaurado y reforestado. Para lograrlo, las personas consideraron que es necesario que la planta termoeléctrica entre en un proceso de conversión, además de labores de reforestación con mangle, para lo cual es necesario realizar análisis de la calidad y salinidad.
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Paralelamente, la ciudad debe contar con un manejo eficiente y sustentable de los desechos sólidos urbanos tanto en la ciudad como en la Isla de la Piedra, para evitar la contaminación del suelo y cuerpos de agua, tal como ocurre en la actualidad. Otra propuesta fue conservar ambos márgenes del estero como área de conservación y esparcimiento, incorporando al Cerro del Crestón como área natural protegida.
Estero del Yugo
El estero está rodeado de selva baja caducifolia y desemboca en un sector de playa Cerritos, que es zona de anidación de tortugas marinas. Durante la discusión de la problemática se reconoció que este humedal se ve amenazado por el avance de los desarrollos inmobiliarios, la tala, la erosión del suelo y el azolve de ese cuerpo de agua.
En la presentación de las conclusiones de este equipo, se puso especial énfasis en la contaminación por descargas de aguas negras en la boca del estero, lo que ha provocado mortandad de peces de forma recurrente. En el área de playa, el tránsito de vehículos afecta los nidos de tortugas que además están expuestos al saqueo.
La propuesta ciudadana, para alcanzar un estado ideal dentro de 10 años, es que se restaure y que para entonces ya se cuente con un proyecto de cuidado que permita mantener las condiciones ecológicas del sitio, es decir, que haya un equilibrio entre la interacción entre los seres vivos y el entorno. En esas condiciones, el estero podría seguir brindando servicios ambientales como filtración de agua, regulación del clima, refugio de la flora y fauna regional, así como protección contra inundaciones, tormentas y huracanes.
Otras propuestas para alcanzar el estado ideal es que se instale un campo tortuguero en la zona y que el Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP), que se ubica junto al estero del Yugo también se sume al cuidado del humedal, que actualmente se encuentra bajo resguardo del CIAD con fines educativos y de conservación.
«Existen dos centros de investigación (junto al estero) que adopten esos humedales, que los hagan suyos», dijo uno de los participantes.
Playa Pinitos
Comercios ambulantes, palapas de comida en toda la zona de playa, mucha basura y una descarga de aguas negras, son las problemáticas referidas por esta mesa de trabajo.
«Hay una carga turística rebasada; la playa Pinitos definitivamente requiere de un ordenamiento», señalaron en su exposición.
En un estado ideal a diez años, esta playa tendría un andador elevado con palafitos de madera en lugar de sombrillas plásticas; se dispondría de una torre de vigilancia, baños y regaderas; no habría descargas de aguas residuales en el área y se contaría con una estrategia de recolección y separación de desechos. Tampoco estaría saturada de vendedores y habría más espacio para las familias.
Tales medidas ayudarían a conservar mejor esta playa que suelen frecuentar los surfistas y favorecería el incremento de fauna marina en el manto rocoso de la zona intermareal.
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Playa Norte
En el tramo de playa que colinda con toda la avenida Del Mar, desde la Facimar hasta el valentinos, se observa contaminación por residuos sólidos, descargas de aguas residuales, terrenos ganados al mar mediante la construcción de plazoletas, restaurantes, y ampliación de palapas. Quienes participaron en este grupo, han notado que la contaminación por plásticos de un solo uso es un problema general, que se concentra particularmente en la zona rocosa contigua a la Facimar, en donde también se identificó contaminación por desechos pesqueros del embarcadero.
De igual forma perciben que existen sectores en los que se está perdiendo el área de playa. El acaparamiento de espacios, la contaminación lumínica y las perturbación en el hábitat de aves y tortugas marinas, también fueron referidos.
Playas limpias, ordenadas, libres de aguas negras, sin palapas y restaurantes invadiendo la zona federal marítimo terrestre; con presencia de más aves y tortugas anidando, es el escenario ideal para este grupo de personas, pues significa que la conservación de estos espacios naturales que atraen a miles de turistas cada año finalmente sería una prioridad.
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¿Es posible mejorar e estado de los esteros, lagunas y playas de Mazatlán?
La doctora Aimée Cervantes Escobar manifestó que muchas de las propuestas del estado deseado no son realizables porque no es posible modificar la ciudad y revertir el daño, pero sí se puede mitigar sus impactos, mejorar las condiciones de los humedales y proteger lo que aun queda.
Para que eso ocurra, es importante contar con el Programa de Ordenamiento Ecológico Local que los municipios están obligados a elaborar e implementar de acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA).
Este instrumento de política ambiental, del cual carece Mazatlán, sirve para regular o inducir el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente, la preservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
«Ayudan a regular los usos de suelo y de alguna forma ayudarían a prevenir que la frontera de la mancha urbana siga creciendo y siga afectando a estos ecosistemas», explicó la investigadora del Laboratorio de Manejo Ambiental (LAMA) del CIAD, en donde se trabaja con proyectos sobre vulnerabilidad costera al cambio climático y restauración de ecosistemas.
Sobre la posibilidad de restaurar esteros para reducir la contaminación, mejorar su calidad de recuperar manglares, fauna y servicios ecosistémicos, la especialista consideró que lograrlo sería muy costoso.
«Sí se puede pero se requiere de muchas voluntades porque sí es un problema complejo y saldría bastante costoso, pero sí se podría hacer, si se regulara bien lo de las descargas (de aguas negras) sí se podría; no sería algo inmediato, pero sí se puede ir recuperando poco a poco, finalmente son ecosistemas muy resilientes que pueden recuperarse pero necesitaríamos ir a los problemas de fondo», mencionó.
Los problemas de fondo, en este caso, son la gestión de residuos sólidos urbanos, las descargas de aguas negras y el ordenamiento del suelo; de nada sirve gastar millones de pesos en reforestaciones si no se atiende primero el problema de origen, aclaró.
«Es esencial lo del ordenamiento, si esto no se está cumpliendo, es muy difícil», secundó Arturo Ruíz Luna, cordinador del LAMA.
Sobre los objetivos del taller
El grupo científico del LAMA investiga la percepción social sobre los humedales costeros del noroeste de México, sobre los servicios ecosistémicos que éstos generan y las amenazas que impactan a estos ecosistemas actualmente. El objetivo es promover estrategias de manejo desde la participación social y colaborativa, que ayuden a mitigar los impactos que afectan a los humedales. El taller realizado el pasado 31 de enero, forma parte de las actividades de este laboratorio.
