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    Mareas rojas en Mazatlán tienden a ser más tóxicas y duraderas, según estudios de la UNAM

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    • En los últimos 45 años, se han identificado 14 especies de microalgas generadoras de mareas rojas nocivas, cinco de las cuales tienen potencial tóxico para la salud humana.
    • Las mareas rojas permanecen durante más tiempo cuando hay descargas de aguas negras parcialmente tratadas o sin tratar.

    La cantidad de mareas rojas y las especies de microalgas que las forman han aumentado en Mazatlán durante los últimos 45 años al igual que su presencia, permanencia y toxicidad, según estudios realizados en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, unidad Mazatlán.

    Rosalba Alonso Rodríguez, responsable del Laboratorio de Biotoxinas Marinas de esa institución, informó que en total se han documentado 27 especies de microalgas que originan mareas rojas, de las cuales 13 son benéficas porque sirven de alimento para peces y favorece la cadena alimenticia, mientras que otras 14 especies son consideradas nocivas.

    En este último grupo se encuentran microalgas generadoras de síndromes de intoxicación en humanos que en casos extremos llegan a ser mortales y las que pueden acabar con la vida de la fauna marina de tres diferentes formas: por su toxicidad, porque consumen todo el oxigeno del agua provocando su asfixia o porque dañan las branquias de los peces.

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    Aspecto de la marea roja en la bahía de Mazatlán, diciembre de 2022. Foto: Rafael Narval/Son Playas.

    La investigadora dio a conocer los resultados del monitoreo durante la conferencia titulada «45 años de mareas rojas en Mazatlán 1979-2025» el viernes 4 de abril como parte de las actividades organizadas por Son Playas con motivo de su sexto aniversario.

    Durante el periodo de monitoreo y estudio continuo, se ha detectado que las mareas rojas formadas por especies de microalgas inofensivas han disminuido mientras que las nocivas tienden a ser más frecuentes y duraderas.

    Especies con potencial tóxico en humanos

    Hasta el momento, en Mazatlán se han documentado cinco especies de microalgas generadoras de toxinas que pueden afectar la salud de las personas mediante la ingesta de moluscos bivalvos tales como las almejas, mejillones y ostiones, los cuales a su vez se alimentan de las microalgas, acumulando las biotoxinas en su organismo y transfiriéndolas a través de la cadena alimenticia.

    Una de estas especies, Gymnodinium catenatum, ha estado presente en todos los reportes de cada década. Esta especie en particular ha tenido un incremento en su frecuencia de 9.8% a 30.4% en los últimos cinco años en la bahía de este municipio costero de Sinaloa, dijo la investigadora.

    Doctora Rosalba Alonso Rodríguez. Foto: Son Playas.

    A partir de 1989 se ha observado la presencia de Pseudo-nitzschia spp, una especie generadora de toxinas de tipo amnésico. A esta lista se sumó Trichodesmium sp, una cianobacteria capaz de liberar toxinas que afectan a personas y a otros seres vivos, registrada por primera vez en los monitoreos realizados del 2009 al 2019.

    Del año 2020 al 2025 se han identificado otras dos especies de microalgas formadoras de mareas rojas en Mazatlán, una de ellas es Alexandrium spp y la otra es Dinophysis sppcuyo, portadoras de veneno paralizante y diarreico, respectivamente.

    En estos análisis también se ha observado la presencia de especies tóxicas para peces y otros organismos marinos con una tendencia creciente a partir de 1989, sumando un total de cinco especies identificadas hasta el momento.

    «Es indispensable el monitoreo de toxinas paralizantes en áreas donde frecuentemente hay mareas rojas para prevenir riesgos de salud», advirtió Alonso Rodríguez, quien es especialista en fitoplancton, biotoxinas y sus efectos sobre organismos.

    ¿Por qué van en aumento las mareas rojas nocivas?

    La doctora Rosalba Alonso Rodríguez precisó que los florecimientos algales nocivos se generan por diferentes factores que favorecen la disposición de alimento para estos microorganismos y condiciones ambientales para su proliferación.

    Uno de ellos se presenta cuando las aguas profundas ricas en nutrientes ascienden a la superficie marina impulsadas por los vientos y las corrientes marinas; otro tiene que ver con la entrada de corrientes de aguas frías ricas en nutrientes que provienen del Golfo de California y del Pacífico Mexicano. Lo mismo ocurre con el enfriamiento de las aguas superficiales del mar ocasionado por el fenómeno oceánico conocido como La Niña.

    Estas microalgas, que forman parte del fitoplancton, se reproducen con mayor velocidad y permanecen durante más tiempo cuando son alimentadas por las descargas de aguas negras parcialmente tratadas, precisó la especialista.

    Como evidencia, mostró una gráfica que demuestra la relación que hay entre mareas rojas y los periodos en que se reportaron fallas o procesos de mantenimiento de la planta tratadora de aguas negras del Crestón que finalmente se empezó a desmantelar en el año 2021. En los dos siguientes años también se observó un aumento de florecimientos algales.

    En 2023 se presentó el fenómeno del Niño, caracterizado por aguas cálidas y bajas en nutrientes que inhiben el desarrollo de las microalgas; sin embargo, ese año hubo un repunte de mareas rojas, lo que confirma que la contaminación del agua detonó su crecimiento descontrolado.

    «No es casualidad», señaló Alonso Rodríguez.

    Sin embargo, los cuerpos de agua costeros de Sinaloa están recibiendo este tipo de descargas, lamentó.

    Enfatizó que la manera de prevenir las mareas rojas tóxicas es reduciendo las fuentes contaminantes y que cada quien asuma la responsabilidad que le corresponde desde el ámbito personal, hasta el ámbito público.

    Marea roja en Mazatlán, marzo 2025. Foto: cortesía de Skyexplorer Mzt.

    45 años de monitoreo y estudio

    Alonso Rodríguez informó que en la primera década de monitoreo, realizada de 1979 a 1988, por Laurence D. Meese y Roberto Cortés Altamirano, investigadores de la Unidad Académica Mazatlán, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, se identificaron siete especies generadoras de florecimientos algales (mareas rojas) de las cuales, cinco fueron benéficas y dos fueron clasificadas como nocivas.

    En la segunda década de estudios de las mareas rojas, Cortés Altamirano identificó un total de 12 especies de las cuales la mitad fueron nocivas. A partir de la tercera década, Rosalba Alonso Rodríguez se incorporó al monitoreo y estudio de los florecimientos algales nocivos; en ese entonces contabilizó 21 especies; de esas, nueve fueron nocivas.

    En la cuarta década, que abarca del año 2010 al 2019, la diversidad de especies de microalgas generadoras de mareas rojas aumentó a 24 y de esas 11 fueron nocivas. Y del año 2020 al 2025, el total aumentó a 27, de las cuales 13 han sido benéficas y 14 potencialmente dañinas.

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    Noviembre de 2022. Foto: Daniel Daplincourt.

    ¿De donde vienen las microalgas?

    Las microalgas generadoras de las mareas rojas forman parte del fitoplancton, la porción vegetal del plancton, compuesta por una gran diversidad de especies de organismos unicelulares que realizan fotosíntesis, por lo cual se mantiene en la superficie del océano para recibir la luz del sol como las plantas terrestres; se estima que en este proceso se genera al menos la mitad del oxigeno de la atmósfera.

    Son la base de la cadena alimenticia, lo que significa que sirven de alimento a otras especies y por lo tanto, son benéficas; sin embargo, pueden provocar daños cuando las actividades humanas originan un desequilibrio que favorece el desarrollo desmedido de las microalgas nocivas que al multiplicarse pueden cambiar de coloración el agua, explicó la doctora Tomasa Cuellar Rodríguez, investigadora del ICMyL de la UNAM, en Mazatlán, previo a la intervención de Rosalba Alonso.

    Al final de ambas exposiciones, Raquel Zapien Osuna, fundadora de Son Playas, agradeció la disposición de las investigadoras para compartir conocimiento de interés público. Quienes ejercen el periodismo ambiental, dijo, requieren tener acceso a este tipo de datos sustentados para informar con mayor rigor a la ciudadanía.

    mareas rojas en Mazatlán
    De izquierda a derecha: Leda Garrido, directora editorial de Son Playas; Rosalba Alonso, Tomasa Cuellar y Raquel Zapien, fundadora de este proyecto de periodismo ambiental independiente. Foto: cortesía.

    «Es indispensable el monitoreo de toxinas paralizantes en áreas donde frecuentemente hay mareas rojas para prevenir riesgos de salud»

    Dra. Rosalba Alonso Rodríguez