- El material utilizado en las decenas de torres y condominios que se construyen en el puerto termina en playas y lagunas; autoridades reconocen el problema pero no hay sanciones efectivas.
- Profepa dice que la regulación de este material le corresponde al Gobierno del Estado. Ecología Municipal también tiene facultades de inspección y vigilancia.
- El director de la Operadora de Playas pide que se reglamente el uso de unicel desde los permisos de construcción.
Por César Hernández y Redacción Son Playas
Mazatlán, Sinaloa.- La contaminación por unicel procedente de la construcción de torres y condominios ha convertido a las playas y lagunas de Mazatlán en un espejo de desechos blancos. Son restos de casetones de poliestireno expandido, material usado para aligerar estructuras, que se dispersan en la zona costera.
El problema, reconocido por autoridades ambientales y turísticas, no es por el uso del material en sí, sino por la falta de regulación desde las licencias de construcción, por la ausencia de planes de manejo de este tipo de residuos e incumplimiento de normas que promueven el uso responsable de dichos materiales.
Como ejemplo de lo anterior, el jueves 16 de octubre se observaron casetones de poliestireno expandido (unicel) de diversos tamaños en un tramo de playa contigua a la Casa del Marino, sobre el Paseo Claussen, en donde se construyen torres.


Dos días después, el 18 de octubre, se sacaron más de veinte bloques de unicel de la laguna del Camarón durante una jornada de limpieza organizada por la organización Maz Conciencia, el Centro de Investigaciones Oceánicas (CIO) y el Gran Acuario, según se dio a conocer a través de un comunicado.
Esta no es la primera vez en que se señala públicamente la cotaminación de este cuerpo de agua con residuos de las edificaciones cercanas. Son Playas documentó la presencia de casetones en la laguna del Camarón en enero de 2023, pero los vecinos del área ya habían denunciado previamente la presencia de estos y otros desechos contaminantes.
El poliestireno expandido es un tipo de plástico que se fabrica a partir del petróleo y procesos químicos. Al ser un material frágil y liviano, se fragmenta fácilmente y se convierte en microplástico, imposible de retirar por completo y cuyos efectos sobre los ecosistemas y salud humana aún se siguen estudiando. Estas partículas son ingeridas por peces y aves, afectando la fauna y eventualmente la salud humana.
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Que se reglamente su uso para evitar contaminación:OAP
Actualmente, el unicel industrial está permitido y categorizado como residuo de manejo especial, pero su manejo inadecuado genera contaminación persistente y afecta los ecosistemas costeros.
“Sí, efectivamente tenemos ese problema por la proliferación de torres y condominios en el área colindante con la zona litoral”, explicó Ángel García, director de la Administradora y Operadora de Playas de Mazatlán, en entrevista para Son Playas.
“Desde hace tiempo hemos solicitado a la Dirección de Planeación que las licencias de construcción incluyan como condicionante que el corte de esos materiales se realice en un lugar cerrado, pero no se ha aplicado.”
El funcionario señala que el manejo irresponsable de los casetones de unicel, que se cortan al aire libre, provoca que el viento y las lluvias arrastren los fragmentos hacia las playas y humedales. “Nosotros limpiamos las playas todos los días, pero como diariamente se está generando es un grave problema. Esto afecta la imagen turística y pone en riesgo las certificaciones de playas que tiene Mazatlán, como las auditorías de playas limpias”, detalló.
García explicó que, aunque la Ley Estatal de Residuos prohíbe el uso de unicel en productos de un solo uso (como vasos o platos), su aplicación industrial sigue permitida, y lo que falta es una norma municipal que establezca cómo debe manejarse. “El problema es la falta de control con que se maneja en las obras”, subrayó.
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¿Qué dicen la Profepa y Ecología Municipal?
Por su parte, Marco Moreno, delegado de PROFEPA en Sinaloa, señaló que el tema no es competencia federal, ya que el unicel se clasifica como residuo de manejo especial (y no como residuo peligroso), cuya regulación corresponde al Gobierno del Estado. “No tengo nada que comentar ahí porque no es nuestra competencia”, respondió.
En tanto, la Dirección de Ecología y Medio Ambiente de Mazatlán declinó ofrecer entrevista, solicitando que cualquier información se tramite a través del área de Comunicación Social.
Esto es lo que indica la ley respecto al unicel industrial
Los constructores sí están obligados a tomar medidas para evitar que los casetones se dispersen y contaminen el entorno. En la Norma Oficial Mexicana NOM-161-SEMARNAT-2011 se establece los criterios para clasificar a los residuos de manejo especial, en donde se incluyen gran parte de los residuos que se generan en los procesos industriales, actividades comerciales y de servicios. En esta categoría entra el sector de la construcción.
A su vez, la Ley de Residuos del Estado de Sinaloa menciona en su artículo 4 que los residuos de manejo especial son generados en los procesos productivos, «que no reúnen las características para ser considerados como peligrosos o como residuos sólidos urbanos, o que son producidos por grandes generadores de residuos sólidos urbanos».
Además indica que se debe prevenir la liberación y dispersión al ambiente de residuos de manejo especial y en caso de que esto ocurra, llevar a cabo su remediación.
El artículo 8 de la ley establece que el Gobierno del Estado debe regular la gestión integral de los residuos de manejo especial a través de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (antes Secretaría de Desarrollo Sustentable).
En lo que respecta a los ayuntamientos, la misma ley dice que les corresponde vigilar el cumplimiento de dichas disposiciones e informar a la Secretaría sobre los sitios contaminados con residuos de manejo especial y coordinarse con ésta para su remediación. También les otorga la facultad de realizar campañas de información y difusión en materia de residuos de manejo especial y sólidos urbanos; así como promover la participación de la sociedad en la prevención de la generación y gestión integral de residuos.
A su vez, el Reglamento Ambiental y de Cambio Climático de Mazatlán establece que la Dirección de Ecología y Medio Ambiente Municipal tiene facultades de inspección y vigilancia, lo que incluye levantar actas e imponer sanciones.
El artículo 152 del citado reglamento indica que la dependencia puede «celebrar acuerdos de coordinación con las autoridades federales o estatales para realizar la inspección y vigilancia en materia ambiental, forestal, residuos y cambio climático de competencia federal o estatal. De igual forma puede «realizar las visitas de inspección que considere necesarias, aún en días y horas inhábiles, a los predios, establecimientos o giros comerciales o de servicios para comprobar la existencia de fuentes o actividades que puedan o estén provocando deterioro ambiental», asi como la verificación del cumplimiento de programas ambientales municipales y normas mexicanas aplicables.
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Preparan reglamento y capacitaciones
Actualmente, la Operadora y Administradora de Playas de Mazatlán trabaja en un nuevo Reglamento de Uso de Playas que incluirá la prohibición del unicel en la zona litoral, aunque la medida no aplicará a la industria de la construcción. Por eso, el funcionario considera urgente que la Dirección de Planeación Municipal incorpore esa regulación directamente en los permisos de obra.
“Cuando los directores de obra no cumplen con esas restricciones, debería imponerse una sanción. La Dirección de Ecología también puede intervenir, pues el Reglamento Municipal de Medio Ambiente y Cambio Climático prohíbe este tipo de contaminación”, apuntó García, quien adelantó que el Ayuntamiento, a través de la Dirección de Economía, ya se realiza un inventario de torres para identificar a las empresas que utilizan casetones sin control.
Estas dependencias, añadió, también planean capacitar a los directores de obra para sensibilizarlos sobre el impacto ambiental y turístico de este material. “Queremos que entiendan que no se trata solo de un problema de limpieza, sino de salud pública y de sustentabilidad del destino”, dijo.
Mientras tanto, el mar sigue devolviendo a la orilla los mismos fragmentos blancos que se intentan limpiar cada mañana. Entre la espuma y la arena, el poliestireno se mezcla con la marea, recordando que la contaminación más difícil de controlar no siempre proviene del desecho, sino de la omisión.




