- El crecimiento exponencial en materia turística e inmobiliaria de los últimos cinco años ha generado efectos secundarios en los servicios públicos y en la movilidad.
- La mancha urbana de Mazatlán creció 238% de los años 90 a la fecha, ¿cuáles son los retos de ese crecimiento en materia de movilidad y cómo se planea resolverlos?
Todas las actividades, por más cotidianas que sean, tienen un impacto en el medio ambiente, incluso la forma en cómo nos movemos. Los seres humanos tenemos la necesidad de movernos y el medio de transporte elegido por cada uno de nosotros sí importa debido a que a diario se producen miles de desplazamientos en la zona urbana.
Leticia Alvarado Fuentes, directora del Instituto Municipal de Planeación, señala que en Mazatlán existe ya un problema de saturación en las vialidades; la población creció, pero las avenidas siguen siendo las mismas y los habitantes continúan con la costumbre de desplazarse como tradicionalmente lo hacían, cuando eran menos.
Desde el Instituto, comentó, se ha estudiado cómo se desplazan los mazatlecos y se está apostando por la movilidad sustentable, esa que busca reducir los índices de contaminación, elevar la calidad de vida humana y el bienestar colectivo a través de otros modelos de traslado de bajo consumo de carbono como el caminar, andar en bicicleta y/ o priorizar el uso del transporte colectivo.
Para la Comisión Ambiental de la Megalópolis, la movilidad sustentable es aquella capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad de moverse libremente, acceder, comunicar, comercializar o establecer relaciones sin sacrificar otros valores humanos o ecológicos básicos actuales o del futuro.

Principales retos de movilidad en Mazatlán
En los últimos cinco años Mazatlán ha tenido un crecimiento exponencial en materia turística e inmobiliaria y pese a que económicamente se ha visto muy beneficiado, día a día se padecen los efectos secundarios de dicho desarrollo, como el rezago en los servicios públicos y la movilidad.
Este último tema ha tomado relevancia en los últimos meses entre el sector gubernamental e intercamaral ante los cada vez más frecuentes episodios de caos vial, sea hora pico o no, obligando a los involucrados en la toma de decisiones a incluir criterios de accesibilidad para todos los usuarios con un beneficio económico, mejorar el los espacios y la calidad de vida en general.
A continuación un repaso a los principales retos a los que se enfrenta el puerto para llegar a tener una movilidad sustentable.
Datos del IMPLAN revelan que de los años 90 hasta la fecha hubo un aumento en la mancha urbana del 238% mayor que el de la población, del 68%, lo que incrementó drásticamente las distancias de desplazamiento de los ciudadanos que viven en la periferia.
Además, que el parque de vehículos particulares se duplicó y el de motocicleta se cuadruplicó ocasionando así la saturación de las vías de comunicación, que finalmente se traduce en más contaminación por la continua y prolongada emisión de gases a la atmósfera y el exceso de ruido, a su vez detona problemas de salud pública como el estrés.
En la actualidad hay muchas facilidades para tener un automóvil propio, aunado al creciente rechazo del uso del transporte público por el deficiente servicio que ofrece.
Cifras proporcionadas por la coordinación de Educación Vial de la Delegación de Vialidad y Transporte, indican que diariamente asisten entre 20 y 50 personas a solicitan su licencia de conducir por primera vez, ya sea de automóvil, motociclista, chófer o aprendiz.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, apenas un 3% de la población mazatleca (15,043 habitantes) se mueve en bicicleta, 28% (140,403) lo hace caminando, 32% (160,460) en automóvil y un 37% (185,532) en transporte público.

Por otra parte, Carlos Suárez Gutiérrez, presidente de Rueda Verde, colectivo que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte sustentable, consideró que desde el año 2018 y la construcción de la ciclovía en avenida Del Mar se han estado ganando espacios para la bicicleta, aunque de una manera lenta.
Pese a las acciones que se emprendieron desde entonces para promover una movilidad no motorizada a través de la ciclovías, la mayoría son con fines recreativos y sin conexión entre las existentes.
Señaló que para atender la problemática del desplazamiento urbano se han destinado cuantiosos recursos públicos en la construcción de infraestructura vial, aunque los parámetros utilizados en los diseños son desde el punto de vista de circulación y seguridad del automóvil, olvidándose que un ciudadano que camina tiene el derecho a un espacio en la vía igual que un automotor.
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¿Y el peatón?
Paradójicamente las calles y avenidas son diseñadas para la cómoda circulación del vehículo automotor cuando, de acuerdo a la pirámide de movilidad, el peatón (incluidas personas con discapacidad y adultos mayores) es el de mayor importancia; le siguen los ciclistas, después los usuarios y operadores de transporte público y vehículos de emergencia, enseguida los usuarios y operadores de transporte de carga, y en el escalón de menor prioridad están los usuarios de vehículos particulares motorizados.
No hay un programa municipal de banquetas; estos espacios han sido invadidos por el comercio, se han reducido con construcciones, extensiones de cocheras y jardineras o simplemente no son uniformes. En tales condiciones, la persona no se siente motivada para andar a pie.
Si no se garantiza esa movilidad básica, apuntó, todas las demás no sirven.
«Las rodadas que hacemos terminan con una evaluación del recorrido, por eso hemos cambiado las rutas cada semana, queremos que los ciclistas nos ayuden a evaluar las calles y hemos encontrado problemas de iluminación, problemas de infraestructura que tienen que ver con baches, hoyos, topes mal puestos, pero también evaluamos la seguridad; las calles vacías son calles inseguras, se necesitan entornos más seguros».
Para tener una real ecomovilidad se requiere de un programa de varios frentes: educación, concientización, difusión de éstos temas, aplicación de los reglamentos, multas y destinar recursos económicos en los presupuestos gubernamentales.
En Sinaloa, ejemplificó, desde el 2018 existe una Ley de Ley de Movilidad sustentable que lamentable se ha quedado solo en el papel.
«El legislador puede tener muy buena intención, pero sí en los presupuestos municipales y estatales no están destinados recursos queda simplemente en letra muerta, en buenas intenciones, que no se van a implementar porque no hay recursos para estos programas».
Por ejemplo, desde hace dos años no se realiza ninguna obra que promueva la movilidad alternativa como las ciclovías; la última que se construyó fue en febrero del 2021, la de la avenida Carlos Canseco.
Si acaso cuando se han remodelado avenidas importantes, por la falta de espacio y/o por no reducir los carriles de circulación, se ha optado por implementar el carril compartido entre ciclista y automovilista con prioridad para el primero, pero que poco o nada se respeta por la falta de cultura vial.
En Mazatlán todavía hay calidad de vida, consideró el ciclista, por lo que aún se está a tiempo de ordenar el crecimiento y en un futuro no tener que llegar a tomar medidas desesperadas.

¿Qué se está haciendo?
La información que sale de dichas encuestas es recopilada por el IMPLAN para realizar análisis y detectar las zonas más problemáticas o conflictivas entre los usuarios de la vía pública y así poder tomar decisiones sobre dónde desarrollar proyectos para mejorar la infraestructura y seguridad de los más vulnerables.
Además, este año el municipio destinó cuatro millones de pesos para la construcción del carril preferencial en la avenida Ejército Mexicano, apostándole al uso del transporte público, reducir los tiempos de traslado y abatir los índices de contaminación.
También, hace unas semanas el Ayuntamiento informó que de octubre a la fecha ha aplicado 49 kilómetros de pintura vial y en cruces peatonales, sin embargo, se reconoció que éstos últimos no son respetados por los automovilistas y de acuerdo a Tránsito Municipal hasta el momento no se aplicando nunca multa por no respetar este señalamiento.
Los mazatlecos caminan mucho, reconoce Alvarado Fuentes, pero sí se contribuye con arborización de las vías o la creación de espacios públicos confortables y seguros la gente caminaría y utilizaría la bicicleta con mayor frecuencia.
Las ciclovías son una cadena de la movilidad sostenible no motorizada; las que hay en el puerto son seguras la mayoría de ellas, pero son tramos que no se conectan.
«En un proyecto que nosotros presentamos, para que nos pueda ser financiado, es un proyecto que hace un circuito que une las ya existentes», dijo la funcionaria municipal.
A inicios de febrero se ingresó el proyecto de circuito de ciclovía para participar en la convocatoria de Bici Program para el apoyo a infraestructura ciclista que promueve Bloomberg Filantropis y la Guía Global de Diseño de Calles (GDCI, por sus siglas en inglés)
La propuesta trata de implementar una ciclovía confinada conectando a la de la avenida Rafael Buelna, pasando por Rigodanza, la Juan Pablo II, Munich y luego subir a la Gabriel Leyva, con un tramo de carril compartido en la avenida Gutiérrez Nájera para cerrar en la avenida Del Mar.
El proyecto a consideración es la implementación de 5.51 kilómetros de ciclovía y 700 metros de carril compartido, creando el primer circuito de ciclovías de Mazatlán, beneficiando a más de 64 mil habitantes y conectado escuelas con espacios deportivos, recreativos, zonas habitacionales y espacios naturales de manera segura e incluyente.
El objetivo a mediano y largo plazo es lograr las condiciones para que la bicicleta sea vista como un medio de transporte y no solamente como un dispositivo para uso recreativo o deportivo.
CICLOVÍA
Mazatlán cuenta con 17.8 kilómetros de ciclovía, caminos de bicicleta totalmente separados de la carretera principal:
- Parque lineal 5.7 kilómetros de longitud
- Cerritos 4.3 kilómetros de longitud
- Avenida Del Mar 3.9 kilómetros de longitud
- Avenida Rafael Buelna 2.8 kilómetros de longitud
- Avenida Quirino Ordaz Coppel 1.1 kilómetros de longitud
CICLO CARRIL
En el puerto hay 2.4 kilómetros de ciclo carril, es aquel delimitado con marcas en el pavimento exclusivo para la circulación de personas en bicicleta:
- Paseo Claussen 1.9 kilómetros
- Camarón- Sábalo 550 metros
MOVILIDAD SUSTENTABLE
Según la Comisión Ambiental de la Megalópolis, la movilidad sustentable es «un modelo de traslado de bajo consumo de carbono que además de ser saludable, privilegia el elevar la calidad de vida urbana y el bienestar colectivo, así como la creación de espacios públicos confortables que favorezcan la convivencia ciudadana».
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