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    Impulsan un santuario de luciérnagas en Mazatlán

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    Ubicado en La Amapa, este proyecto de ecoturismo reúne a personas de todas las edades.

    En La Amapa, una pequeña comunidad ubicada a 16 kilómetros de Villa Unión, se encuentra el Santuario de las Luciérnagas, un proyecto ecoturístico emprendido por dos jóvenes que tienen como objetivo proteger a estos insectos luminosos, hoy prácticamente desaparecidos en las ciudades.

    Las luciérnagas aparecen de junio a agosto, dependiendo de la cantidad de lluvia. Una vez que salen de su etapa larvaria, en la que tienen la posibilidad de mantenerse por aproximadamente dos años.

    Esta metamorfosis permite a las larvas macho pasar a una etapa de bioluminiscencia, pero como van saliendo en grupos, este proceso se convierte en todo un espectáculo de la naturaleza.

    Admiradores de estos insectos, dos jóvenes, Mar Eliseo y Fernando Manjarrez, crearon hace 5 años Interacción Luciérnaga, un colectivo de jóvenes que promociona el arte, la cultura, la naturaleza y la sostenibilidad. Pero fue hace dos años, estando de excursión en La Amapa, cuando fueron “tocados” por las luciérnagas.

    “Vimos un montón de luciérnagas, ¡eran tantas! Había un cielo despejado y se podían ver bien las estrellas, y en la parte baja, también tupido de estrellas. Eran las luciérnagas, para nosotros eran como las estrellas, les llamamos las estrellas de la selva”, recuerda Fernando.

    Había tantas que no podían diferenciar entre las estrellas fugaces, había lluvia de estrellas en ese momento, y el titilar de las luciérnagas cuando pasaban.

    “Éramos cuatro personas Mar, su hermana, una amiga y yo. Desde ahí dijimos: es un santuario. Hay que llamarlo El Santuario de las Luciérnagas”, refiere.

    Luciérnagas
    Luciérnagas. Imagen con fines ilustrativos. Crédito: Samara Herrería/Naturalista.

    Reconociendo a las luciérnagas

    Desde entonces han estudiado un poco más sobre estos insectos, de la familia de los escarabajos, pero reconocen que nadie ha investigado la zona y no saben qué tipo de luciérnagas son.

    “En general sabemos que existen más de 2 mil especies de luciérnagas en el mundo, en México son más de 200 y todas pasan por un proceso de metamorfosis al igual que las mariposas. Desconocemos la especie en específico que se encuentra aquí”, explica Fernando.

    Esto significa que antes de llegar a ser luciérnagas, son huevos en la tierra que se convierten en larvas necesitadas de lugares húmedos para comer lombrices, caracoles y otros insectos. Al llegar la lluvia completan su transformación a adultos y se alimentan de mosquitos y néctar o polen, por lo que también son polinizadores.

    “Las luciérnagas que se iluminan y danzan son machos y en su abdomen producen una luz que se llama luminiscencia, pero hay hembras (aunque aún o hemos visto si con las de aquí sucede) que también producen un pequeño destello. Hay otras especies que se comen al macho para producir luminiscencia”, detalla.

    Luciérnagas
    Luciérnaga en La Amapa.Foto: Maritza Mar Eliseo.

    Proteger al santuario

    Fernando dice que es biólogo acuícola graduado, con estudios de sociología. Su compañera de proyecto, Mar Eliseo, tiene estudios de trabajo social.

    El hecho de nombrar a La Amapa como El Santuario de las Luciérnagas también tiene como objetivo tratar de proteger el área del avance casi imparable de la ciudad.

    “Por eso dijimos hay que hacer actividades, porque si no el día de mañana, como está sucediendo en todo Mazatlán, puede ser que llegue una inmobiliaria o que la misma población de La Amapa crezca”, señala.

    La zona de El Santuario de las Luciérnagas se encuentra en una zona selvática, combinada con áreas de cultivo, a orillas del pueblo, cuyo propietario valora el proyecto. No hay lámparas y menos del tipo LED.

    “Las lámparas que se están usando ahorita son antiecológicas pues es como si estuviera el Sol durante la noche. Eso desorienta a un montón de insectos nocturnos y también a las aves. Si los insectos se mueren, se pierde también el alimento para las aves”, alerta Fernando.

    Inician los paseos

    Parte de esa activación de El Santuario de las Luciérnagas incluye la realización de tours de observación y acampamiento, sumado a la experiencia de comida vegana, apoyada en gente de la comunidad con el restaurante Abuma, que tiene como diferenciador el uso de la semilla de huanacaxtle..

    “El nombre del restaurante se origina en el huanacaxtle. Abu porque produce un fruto en forma de oreja de un abuelo. Y mamá porque esa misma vaina contiene una semilla que es un súper alimento. El frijol tiene 20 % de proteína, la lenteja 19% y el huanacaxtle hasta 40% y 7 aminoácidos”, señala.

    Sus objetivos inmediatos son seguir concientizando en relación con las luciérnagas para proteger el santuario, promover el uso de lámparas ecológicas sostenibles, así como crear un pequeño lago artificial que ayude a alargar el periodo de procreación de luciérnagas.

    luciérnaga
    Participantes de uno de los recorridos organizados por Interacción Luciérnaga. Foto: Maritza Mar Eliseo.

    Experiencias en el santuario

    Elizabeth Estrada fue al segundo paseo al Santuario de las Luciérnagas y vivió una experiencia navideña en pleno mes de agosto.

    “Desde niña yo no veía a las luciérnagas, sí esperaba ver más tupida la generación de las luciérnagas, pero ya fuimos como dos semanas después de empezar las lluvias y ya fue menos. Pero el contacto con ellas, que nos permitieran acercarnos, ver la noche prendida como si fueran foquitos de Navidad, se siente muy bonito, de verdad es una experiencia que quiero volver a vivir”, asegura.

    A sus 62 años la experiencia le hizo recordar su infancia y jugar con los copechis. Esa noche aprendió que no son luciérnagas sino otro tipo de insectos.

    “Yo me vine extasiada, muy feliz, pero sobre todo me dio mucho gusto ver que gente joven es la que está preocupada por sostener, sacar adelante ese santuario. Por lo general, los viejos somos los que estamos preocupados por el planeta y todo eso. Ver gente joven en direcciones positivas es muy bonito”, destacó.

    Consideró importante llevar a los niños a vivir la experiencia, que tengan la oportunidad de disfrutar lo que sus padres o abuelos vivieron en los pueblos, en los ranchos pues actualmente es muy raro ver luciérnagas en las ciudades.

    Prueba de ello es Denisse Sánchez, quien a sus 23 años vio por primera vez una luciérnaga, obviamente, en el santuario de La Amapa.

    “Nunca había visto luciérnagas, sí sabía que existían, pero nunca había tenido contacto directo en mi vida, más que por películas, la televisión, internet. Pero así en persona jamás había presenciado luciérnagas”, comparte.

    A ella le gusta el contacto con la naturaleza, con aventuras que involucren animales, plantas, el espacio natural, así que a ella la experiencia le encantó.

    “A mí me emocionó mucho, la verdad. Era algo que siento es medio mágico. Llegamos, nos explicaron, caminamos, había muchas luciérnagas en los matorrales a lo lejos. De cerca pudimos observar una muy chiquita. Había cielo despejado y se veían muy bien las estrellas, incluso pude identificar una constelación”, recuerda.

    Para ella lo principal del paseo era el encuentro con las luciérnagas, verlas en vivo, y lo logró.

    “También pasamos un rato muy agradable después, tuvimos una cena con un pozole vegano muy rico. Nos mostraron que tenía semillas de huanacaxtle, yo no sabía que se podían comer. Tenían el árbol y nos enseñaron también la vaina, cómo la pelaban para sacar las semillas. Muy bonita convivencia”, asegura.

    Lo mejor, dice, que percibió cómo todos los presentes estaban en la misma sintonía, emocionados por las luciérnagas, respetuosos ante la naturaleza.

    “Aprendí que la naturaleza siempre tiene algo para asombrarnos y siempre hay cosas nuevas qué conocer y aprender de ella. Los invito a vivir una experiencia así de bonita, si es que no conocen las luciérnagas, a seguir cuidando el medio ambiente, a ser consciente de nuestras acciones, ser abiertos y tratar de conocer nuevas cosas”, finalizó la joven.

    Interacción Luciérnaga
    Foto: Maritza Mar Eliseo.

    MÁS INFORMACIÓN

    Para mayor información sobre El Santuario de las Luciérnagas, comuníquese con Mar Eliseo al 669 272 5677.


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