Las poblaciones de algunas especies de mosquitos que diseminan patógenos como el dengue tienden a aumentar con los cambios del clima, la urbanización y fragmentación de los espacios naturales, según diversos estudios.
Por: en15dias.com para Son Playas*
Los mosquitos son animales ectotermos, es decir, dependen principalmente de fuentes de calor externas y su temperatura corporal cambia con la temperatura del medio ambiente. Los cambios de temperatura son particularmente peligrosos para estos insectos de sangre fría.
Un estudio de la NASA arrojó que “debido a los cambios extremos en las temperaturas, 65 por ciento de las 38 poblaciones estudiadas de insectos podrían enfrentar un mayor riesgo de extinción en los próximos 50 a 100 años”.
Sin embargo, expertas y expertos, a través de estudios científicos, coinciden en que el cambio climático también favorece las condiciones para la propagación de infecciones relacionadas con vectores (artrópodos hematófagos, insectos o ácaros) capaces de transmitir agentes infecciosos como los parásitos, bacterias o virus.
Los estudios alertan del riesgo del aumento de casos y brotes epidémicos en diversas regiones del mundo en corto, mediano y largo plazo de los patógenos más conocidos que transmiten los mosquitos son: dengue, zika, paludismo chikungunya y fiebre amarilla.
En el trabajo “Influencia de la temperatura ambiental en el mosquito Aedes spp y la transmisión del virus del dengue”, publicado en la revista CES-Medicina en 2019, Márquez Benítez y Monroy Cortéz, enfatizan que “los factores climáticos desempeñan una función importante en la distribución, comportamiento, supervivencia y función vectorial de cada especie”, en el que las evidencias científicas “sugieren que la temperatura es la variable más relevante”.
La publicación postula que, debido a los diferentes cambios climáticos, el vector se ha presentado “en lugares en los cuales no era frecuente” y los virus que transmite son diseminados “de forma descontrolada en diferentes regiones, pues fenómenos como las precipitaciones y la humedad influyen en la infestación de áreas en Las Américas, relacionado con una mayor disponibilidad de criaderos y una mayor frecuencia de alimentación en condiciones de estrés hídrico”.

Proyecciones trágicas
En la actualidad hay cerca de 700 mil muertes al año en el mundo por enfermedades transmitidas por vectores, como malaria, dengue, esquistosomiasis, tripanosomiasis africana humana, leishmaniasis, enfermedad de Chagas, fiebre amarilla, encefalitis japonesa y oncocercosis, según datos actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La institución prevé un crecimiento exponencial en las defunciones por enfermedades sensibles al clima.
Calcula que, en 2030, habrá 250 mil muertes adicionales al año por estrés por calor, desnutrición, dengue y malaria; serán cerca de un millón 250 mil víctimas en 2035 y estima que habrá 156 millones 250 mil personas fallecidas por estas causas para 2050.
“El clima más cálido aumentará la reproducción, resiliencia y distribución de enfermedades transmitidas por vectores. Se estima que el número adicional de personas infectadas de malaria durante todo el año en América del Sur subirá de 25 millones en 2020 a 50 millones hacia el 2080”, ejemplifica la organización internacional en su hoja informativa dentro del apartado Cambio Climático y Salud, en su sitio web oficial.
Mosquitos y dengue en México
La ficha técnica “Vulnerabilidad de la población al incremento en la distribución potencial del dengue”, del Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, realizado en 2020 por el gobierno mexicano, informa que el país “presenta condiciones favorables para la proliferación del dengue”.
“Cerca del 60% del territorio nacional es apto para enfermedades trasmitidas por vector, convirtiéndose en un problema de salud pública”, se señala en el documento.
“Los periodos cálidos prolongados y la elevación de la precipitación acumulada son importantes precursores del brote de dengue”, explica.
El documento detalla que “aunque la temperatura es el mayor detonador para el brote de dengue, hay que considerar que la precipitación favorece el desarrollo de los huevecillos de los moscos, ya que estos requieren estar sumergidos en el agua para su desarrollo. Las precipitaciones dejan muchas áreas factibles para criaderos, favoreciendo la dispersión del vector y, por tanto, de la enfermedad en la población”.
La ficha considera datos observados durante 50 años (de 1950 a 2000) dentro de varios escenarios de cambio climático, en donde se concluye que, a mayor número de meses con temperatura mínima cálida y meses lluviosos, hay mayor exposición a la presencia de dengue.

El efecto de los ambientes fragmentados
En la presentación del capítulo de tesis doctoral “Caracterización de las comunidades de mosquitos (Díptera: Culicidae) y detección de arbovirus en ambientes fragmentados de Morelos”, dentro del seminario de estudiantes del Departamento Ecología de la Biodiversidad del Instituto de Ecología de la UNAM (mayo, 2023), Mónica Izquierdo explica el impacto por las alteraciones del paisaje y cómo las diversas especies de mosquitos reaccionan ante los cambios climáticos, en donde se ha notado que las que tienden a aumentar son las que transmiten uno o más patógenos.
La doctorante expone que México es un país altamente fragmentado por la urbanización y según los modelos de cambio de uso de suelo se vaticina que estos escenarios “van a ir en aumento”.
En concreto, advirtió que, según los modelos de análisis disponibles, con la urbanización es posible prever “abundancia” de aeres aegypti en el país y con ello se sugiere que habrá “nuevos brotes de todas las enfermedades que este mosquito puede transmitir”.
La especialista alertó que en México solamente son monitoreadas dos especies de mosquitos, cuando hay muchas más de las que no se sabe el tipo de patógenos que pueden transmitir, y aunque de otras cinco especies sí se tiene información al respecto, no son tomadas en cuenta para su estudio.
La experta hizo referencia a que ya se ha detectado en 2023 el avance de aeres aegyptus en el centro del territorio nacional por algunos casos de dengue en la Ciudad de México, en la región de Xochimilco.
En el articulo «Enfermedades transmitidas por vectores y cambio climático» de la Universidad de Aguascalientes (2017), ya se pronosticaba una «potencial expansión de Ae. aegypti en la zona del Valle de México, Sonora, Chihuahua y Durango, mientras que para Ae. albopictus se predice su potencial expansión en Veracruz y Tamaulipas, además de un aumento drástico en la presencia de estos vectores en el sureste de los Estados Unidos».
*Convenio de colaboración editorial entre Son Playas y en15dias.com
Referencias:
Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, realizado en 2020 / Ficha Técnica: Vulnerabilidad de la población al incremento en la distribución potencial / Influencia de la temperatura ambiental en el mosquito Aedes spp y la transmisión del virus del dengue, 2018 / «Enfermedades transmitidas por vectores y cambio climático». Investigación y Ciencia , vol. 25 , núm. 72 , págs. 118-128 , 2017. Universidad Autónoma de Aguascalientes
Notas relacionadas:
¿Cuál es el impacto del cambio climático en la intensidad de los huracanes?