Quienes realizan voluntariado con limpieza de playas señalan que se requiere educación ambiental, vigilancia y sanciones para frenar el problema de contaminación.
Activistas ambientales reconocieron que las jornadas de limpieza de playas generan un beneficio momentáneo porque las personas vuelven a arrojar basura al no haber quien vigile ni sancione. En pocas palabras, más tardan en limpiarse que ensuciarse.
Desde hace cuatro años, la organización ciudadana Viva la Ola ha realizado jornadas de limpieza. Con el paso del tiempo, decidieron cambiar de estrategia al ver que los residuos volvían a aparecer en cuestión de horas.
“Tenemos cuatro años y no hemos visto el cambio; son cuatro años de desilusión constante”, manifestó Dennise Lizárraga, directora del organismo.
Otro grupo ciudadano llamado Salvemos nuestro planeta empezó a limpiar playas en julio de este año con la participación de niños y niñas. En poco tiempo, se percataron de la dimensión del problema incluso en playas certificadas como Gaviotas, a donde acudirán de nuevo para retirar la basura ajena.
“A los días de haber empezado, la mayoría de mis voluntarios ya se sienten desesperados porque ven la misma cantidad o peor los días siguientes; pero lo seguimos haciendo como una forma de hacer conciencia”, afirmó Héctor Guerra, fundador del movimiento infantil y juvenil.

El problema persiste en playas certificadas
Hay más ejemplos. La primera sección de la playa El Sábalo fue certificada como Playa Limpia en categoría recreativa a inicios de 2020 con el nombre de Luna Bonita por el Instituto Mexicano para la Normalización y Certificación (IMNC); pese a ello, no se ha podido erradicar la contaminación por desechos sólidos urbanos, principalmente envases de cerveza, plásticos y colillas de cigarro.
“Se vuelve como una cantina; como que la gente espera que el mar limpie, que suba la marea y se lleve todo”, señaló Alessandra Yanuzzo, quien imparte clases de surf y educación ambiental en ese tramo.
Además de los desechos que arrojan los bañistas, los contenedores de basura que se colocaron como parte de la certificación son insuficientes y se rebosan, de manera que terminan en el suelo, comentó.

Educación ambiental
El buzo Ignacio Zatarain se ha metido al agua para sacar la basura que se atora en la biobarda del puente Juárez, proveniente del arroyo Jabalines y el estero El Infiernillo.
Recuerda que hace un año, en la temporada de lluvias, se retuvieron 24 toneladas de residuos en la barrera y al siguiente día se juntaron otras tres.
Ignacio también es integrante de Viva la Ola y participa activamente en las diversas jornadas de limpieza a las que se convoca públicamente, como la que se realizó la mañana de este sábado por parte del ayuntamiento. El resultado fue el de siempre.
“El problema es la gente, pueden venir diario y diario va a ser lo mismo. La basura es un problema de educación ambiental; debería ser una materia obligatoria en las escuelas”, comentó.



Estado y municipio sí pueden intervenir
Si bien las playas son atribución de la federación, los estados y municipios costeros están facultados para establecer convenios de colaboración para la gestión de la zona federal, según lo establece la Ley General de Bienes Nacionales y el Reglamento para el uso y aprovechamiento de la Zona Federal Marítimo Terrestre.
Además, los municipios son los responsables de los residuos sólidos urbanos de acuerdo a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, señaló Esteban García-Peña, director de campañas de la organización internacional Oceana México, especialista en temas de gestión sustentable de las costas de México y políticas públicas para la sustentabilidad costera.
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“También, por otra parte, existe la posibilidad de que los municipios y los estados, al igual que algunas dependencias de la federación, puedan solicitar y tener para sí acuerdos de destino, que son una especie de concesiones otorgadas a dependencias de gobiernos para la gestión de la zona federal marítimo terrestre”, explicó
Este tipo de acuerdos, añadió, les otorgan la potestad de establecer las sanciones y las acciones que se tienen que ejecutar para asegurar que la zona federal marítimo terrestre esté libre de basura.

Actualmente, el municipio se encarga de la limpieza y certificación de playas a través de la Operadora y Administradora de Playas (OAP). También brinda vigilancia y atención a los bañistas a través del Escuadrón de Salvamento Acuático.
La autoridad debe actuar: activistas
Los activistas coincidieron en que la contaminación por basura ha rebasado la capacidad de las organizaciones ciudadanas y de las propias autoridades locales, quienes deben intervenir no solo con jornadas de limpieza sino con labores de vigilancia, educación ambiental y sanciones.

Dennise Lizárraga refirió que mientras las playas estuvieron cerradas durante tres meses a causa de la pandemia por Covid-19, el Ayuntamiento implementó un operativo para impedir el acceso de las personas y realizó rondines en la zona costera con la participación de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina.
Incluso, actualmente se implementa un protocolo para controlar los aforos a estos espacios recreativos.
Consideró que esa misma estructura podría utilizarse para obligar a los bañistas a que levanten su basura cuando se vayan.
“Las autoridades nos comprobaron en la pandemia que puede haber un escuadrón acuático vigilando las playas, ellos nos estuvieron prohibiendo la entrada durante mucho tiempo y fueron constantes, hicieron muy buen trabajo; entonces nos dieron el ejemplo de que sí puede haber una policía de playa aquí adentro”, argumentó.
Además de la limpieza de playa y sanciones y las personas entrevistadas sugirieron las siguientes medidas preventivas:
- Que los operativos vigentes en el área de playa y zona costera incluyan el tema de la basura.
- Que se exhorte a los bañistas a dejar la playa no sin antes recoger sus desechos.
- Que se prohíba ingresar a playas con envases de cerveza, cigarros y artículos desechables.
- Mejorar el servicio de recolección de basura de los depósitos ubicados en accesos y áreas de playa.
- Evitar que los comercios y habitantes de la zona costera utilicen los depósitos de playa para colocar sus desechos porque los saturan.
«El cambio se tiene que generar desde arriba (autoridades) con logística»
Alessandra Yanuzo, surfista y promotora ambiental.
Sí hay un desánimo al ver que las playas se vuelven a ensuciar al poco tiempo de limpiarse, pero lo hacemos porque amamos el mar y queremos regresarle un poco de lo mucho que nos da»
Ignacio Zatarain, buzo, integrante de la organización civil Viva la Ola.
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