- La solución no es cerrar la playa, sino frenar las descargas, señalan integrantes del Club de Rucos Olas Altas, acusan omisión de las autoridades.
- Surfistas se enfermaron después de introducirse al mar hace dos semanas, alertaron.
- Aparte, el ambientalista Ángel García Contreras señaló que la contaminación por aguas negras debe investigarse al tratarse de un delito federal.
Un grupo de cidadanos manifestaron su inconformidad ante el cierre de la playa Olas Altas, luego de que esta resultara entre las seis playas del país que rebasaron las concentraciones máximas de enterococos fecales y que fueron clasificadas como no aptas para uso recreativo en el monitoreo bacteriológico de Playas Limpias Invierno 2023 que realiza la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coefepris).
Haciendo honor a esta icónica playa del puerto, integrantes del Club de Rucos de Olas Altas, consideraron que la solución al problema de la contaminación no es restringir el acceso al público, sino más bien frenar de raíz las descargas de aguas residuales al mar.

Esta agrupación está conformada por surfistas, nadadores, voluntarios que realizan labores de limpieza en playas y personas que suelen ir a disfrutar los atardeceres de la bahía desde este lugar. Varios de sus integrantes declararon que durante todo el 2023 se han presentado descargas de drenaje provenientes del colector pluvial Roosvelt.
La tarde de este jueves, aún con la alerta sanitaria, Son Playas pudo observar un escurrimiento de agua maloliente por el desagüe que se ubica frente al escudo de Mazatlán, debajo del monumento a Fernando Valadez. El olor a drenaje se percibía desde la acera de enfrente.
«El problema aquí es que hay descargas de aguas negras y ese es un colector de aguas pluviales, esto no es de ahorita, esto ya tiene un año y la solución que hicieron es cerrar la playa y la solución no es esa, la solución es frenar las descargas, ante eso nos estamos manifestando nosotros, porque es una playa icónica de Mazatlán y la solución no es que la cierren», dijo Ricardo Barrón.

Integrantes del Club mencionaron que en diversas ocasiones han reportado la problemática mediante denuncias públicas en redes sociales y ante algunas dependencias municipales como Ecología y todas han hecho caso omiso.
«Cierran la playa pero la contaminación sigue. Es un problema que viene de hace tiempo y que se está dando a conocer ahora por el motivo del estudio que realizó la Cofepris y la solución fue cerrar la playa cuando hay personas que trabajan aquí, que prestan servicios, sacan ostiones, mejor que pongan en regla a los que están ocasionando el daño al drenaje», secundó Diego Córdoba.
Señalaron seis de sus compañeros surfistas se enfermaron de diarrea y presentaron temperatura luego de haberse introducido al mar a «domar olas» hace dos semanas.
Consideraron que las autoridades no deben justificarse al decir que se trata de un problema que viene desde hace 20 o 30 años atrás, ya que las descargas sanitarias que hay en la actualidad no son las que había antes.

La contaminación debe investigarse por tratarse de un delito: ambientalista
Por su parte, Ángel García Contreras, ambientalista porteño, exdirector de Ecología Municipal y expresidente del Consejo Ecológico de Mazatlán (CEMAZ), mencionó que la calidad del agua de las playas se ha monitoreado desde hace 20 años y que está es la primera vez en que se cierran a causa de la contaminación, lo que representa un golpe para la imagen turística, aunado al impacto ambiental y de salud pública.
De acuerdo al protocolo, añadió, en estos casos se debe instalar señalética en la que se advierta a los usuarios que está prohibido ingresar a bañarse al mar, mas no cerrar el acceso al área de playa.
También explicó que los resultados de estos muestreos no se obtienen de una muestra única, sino de tres que se realizan en diferentes momentos y secciones de la playa, además de que los laboratorios de la dependencia federal cuentan con la máxima certificación.
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«Hay una metodología que determina la Organización Mundial de la Salud para que tú tomes la muestra, son mínimos 100 metros mar adentro y la norma dice que cada 50 metros se toma cuando la playa mide más de 500 metros; la playa en este caso no mide más de 500 pero se puede tomar la muestra cada vez 50, la metodología es homogénea para todas las playas del país, además es una muestra de tres meses, no es una muestra reciente», explicó.
Invitó a las autoridades municipales y federales, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) a tomar las medidas necesarias de acuerdo a sus ámbitos de competencia e investigar de dónde proviene las aguas residuales, así como hacer trabajos correctivos y aplicar sanciones, ya que estas descargas son una violación a la Ley de Aguas Nacionales, tipificados como delito penal federal, según se indica en el título séptimo, relacionado a la prevención y control de la contaminación de las aguas y responsabilidad por daño ambiental.
Una de las hipótesis de García Contreras es que además de las descargas incidentales por el colector Roosevelt, se siguen arrojando aguas negras crudas por el emisor submarino de la vieja planta el Crestón, de ahí la alta concentración de enterococos.
«Esa era la más grande del municipio; trataba 600 litros por segundo, ¿a dónde se está yendo toda esa agua si están las mismas plantas?», cuestionó.
Refirió que cuando se desmanteló la planta tratadora de aguas negras de El Crestón, se dejó el el emisor submarino para desfogar las aguas negras por ese ducto en caso de emergencia. Desde su punto de vista, las altas concentraciones de enterococos detectadas en los análisis de calidad del agua de la Cofepris podrían deberse a que se han estado realizando desfogues de aguas crudas sin tratar.
Las descargas de aguas negras al mar también favorece la proliferación de microalgas generadoras de mareas rojas (florecimientos algales), las cuales pueden llegar a ser tóxicas para especies marinas y personas. Dicho fenómeno natural fue visible en la bahía de Mazatán durante noviembre; desde el malecón se observaron las manchas cafés en el agua.
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