En el marco del Día Mundial de los Océanos se colocó una barrera en la boca del estero del Infiernillo para detener los plásticos flotantes e impedir que lleguen al mar.
La barrera, llamada biobarda, mide 42 metros de largo y está hecha de redes de pesca recicladas y envases de PET. Se colocó a la altura del puente Juárez dividida en dos secciones para permitir el paso de las lanchas que transitan por la zona.
Todos los plásticos y desechos que son arrastrados a lo largo del arroyo Jabalíes pasan por este punto antes de llegar al océano.

Así nació el proyecto de la biobarda
Sofía Trejo, promotora ambiental, se enteró que estas bardas estaban funcionando en Guatemala y quiso replicar el proyecto en Mazatlán, considerando que la contaminación por plásticos es uno de los principales problemas ambientales de los afluentes, playas, esteros y bahías de este puerto turístico y pesquero.
Tras hacerla pública, a la convocatoria se sumaron estudiantes del Instituto Tecnológico de Mazatlán, pescadores, colaboradores de la congeladora Unión, el empresario Humberto Becerra, la organización civil Ecoisla de la Piedra; Balbina Herrera, directora del Taller de Mujeres Artesanas de Piel de Pescado y la Dirección de Ecología Municipal.

El siguiente paso
Por el momento se trata de un proyecto piloto que podría replicarse en otros puntos del puerto en caso de que funcione como se espera, informó Lourdes Sanjuán, directora de Ecología Municipal.
El problema que aún debe resolverse para asegurar el éxito del proyecto, es determinar quién se hará cargo de retirar los plásticos que se acumulen en la biobarda, explicó, pues al estar ubicada en una zona federal, concesionada a la Administración Portuaria Integral (API), la limpieza general del área es de su competencia.
Mientras se logra un acuerdo con la API, Ecología Municipal se encargará de sacar la basura del agua y trasladarla a su destino final.

Lo más importante
Por su parte, Sofía Trejo agradeció el apoyo desinteresado de todos los voluntarios que dedicaron tiempo, dinero y esfuerzo a este proyecto que busca reducir la contaminación por plásticos e impulsar la participación ciudadana.

Esta es la tercera iniciativa ciudadana cuya convocatoria se ha lanzado a través de las redes sociales logrando el respaldo de la población y de diversos sectores.
El primero de esos proyectos, fue el de la construcción de contenedores de PET que se instalaron en los accesos de playa durante Semana Santa, tiempo en que también se elaboraron contenedores de colillas. El resultado fue una gran campaña antibasura, la primera en su tipo.
En todos los casos se trabajó sin presupuesto, con donativos de empresas, con el esfuerzo de estudiantes y el tiempo de voluntarios ciudadanos que se sumaron a la causa. La Dirección de Ecología Municipal también ha respaldado y apoyado todas las iniciativas.

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