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    Suministro de agua de Mazatlán es afectado por la deforestación

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    La vegetación retiene el suelo con sus raíces, ayuda a filtrar el agua y a recargar los acuíferos, pero cuando se talan árboles, arbustos y pastos, el suelo queda expuesto y la tierra es desplazada por la fuerza de la lluvia o el viento. Eso es lo que ocurrió durante el paso de la tormenta tropical Nora por el sur de Sinaloa.

    En Mazatlán, los sedimentos arrastrados por el río Presidio llegaron hasta la presa Picachos y de ahí a las plantas potabilizadoras Los Horcones y Miravalles. La turbidez del agua fue tal que saturó los filtros y provocó que la producción disminuyera a la mitad por espacio de dos días, motivo por el que se registró desabasto y baja presión en diversos sectores de la ciudad a partir del 29 de agosto.

    La situación se agravó con la rotura de un canal en la zona de Lomas de Monterrey que aún se encuentra en reparación, según informó la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán (Jumapam).

    Tras desazolvar el acueducto que surte de agua a las potabilizadoras, la dependencia anunció hoy que la producción de agua era del 60 por ciento, lo que no es suficiente para abastecer en su totalidad a más de 400 colonias que tiene la ciudad.

    En este lapso, usuarios reportaron escasez, baja presión y coloración parda que posteriormente fue disminuyendo. El organismo dijo que se trató de un suceso extraordinario y pidió a la población que no desperdicie el vital líquido.

    ¿Cómo se relaciona con la pérdida vegetal?

    Sandra Guido Rodríguez, directora ejecutiva de la organización Conselva, Costas y Comunidades A.C., señaló que, aunque parezca normal, el color café y las grandes cantidades de sedimentos observados en los ríos Presidio y Baluarte durante las recientes lluvias es un síntoma de que la cuenca está deforestada y enferma.

    Debido a la falta de pastos, arbustos y árboles, el suelo es desplazado por la lluvia. Este fenómeno conocido como erosión hídrica provoca problemas de azolvamiento en cuerpos de agua como lagunas costeras afectando su productividad pesquera.

    Cuando esos sedimentos llegan a las presas y finalmente a las plantas potabilizadoras, se altera su funcionamiento y, por ende, se limita el servicio de distribución a los hogares, explicó.

    Sin embargo, en las cuencas de ambos ríos se han perdido extensiones importantes de cobertura vegetal debido a la tala asociada a cultivos agrícolas, producción de carbón y el uso de la madera para la construcción de cercos, por mencionar algunos de los más comunes, añadió.

    Según estimaciones de Conselva, la erosión en la cuenca Presidio es de 15.6 toneladas por hectárea, mientras que en la cuenca Baluarte es de 21.3 toneladas; pero debido a sus pendientes pronunciadas, su potencial de erosión podría elevarse hasta 294 y 370 toneladas por hectárea, respectivamente.

    agua
    Técnicos de Conselva miden la altura de los sedimentos arrastrados por el agua en una de las cuencas. En este tramo, la altura fue de un metro. Foto: Conselva.

    La solución

    La investigadora dijo que “Nora” evidenció la crisis de vegetación que enfrentan las cuencas del sur de Sinaloa y que la solución es reforestar y recuperar las hectáreas de selva seca que se han visto afectadas por la tala.

    “Las raíces de arbustos, pastos y árboles son anclas que amarran el suelo y evitan que se pierda”, refirió.

    Sandra guido sostuvo que proteger y restaurar las cuencas a través de la reforestación ayudará a conservar el suelo, a filtrar el agua y a recargar los acuíferos, lo que impacta en los suministros de agua de la población en general.

    Estas medidas son importantes si se considera que se pronostican sequías y huracanes más intensos como efecto del cambio climático.

    “Es necesario intensificar los esfuerzos de restauración, de reforestación, para reducir estos problemas y mejorar la calidad del agua que todos estamos tomando en Mazatlán”, reiteró.


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    Foto principal: Pixabay/Jerzy Górecki