Más
    InicioComunidadCarta a un Centzontle Norteño

    Carta a un Centzontle Norteño

    -

    Cuando lo escuché por primera vez era de día. Al principio pensé que estaba enamorado o muy contento, después de un rato, pensé que le pasaba algo. Su canto, aunque hermoso, era intenso, constante, con ganas, “¡va a explotar!”, pensé.

    Me asomé a la calle con esperanza de verlo, sin éxito, pero agradecida con el ave por haber elegido mi cuadra para venir a hacer lo suyo.

    Confieso que me generó un poco de ansiedad cuando empezó a cantar a la una de la mañana sin parar por dos horas. En lugar de concentrarme en los textos que suelo redactar de noche para evitar interrupciones, me ensimismé en sus notas y las probables causas de su nocturna interpretación, ¿lo estará asechando un gato?, ¿es una señal de alerta? No supe, pero fue tema de conversación durante el desayuno.

    Día dos. El siguiente canto inició a las tres de la mañana y no paró hasta que salió el sol, como quien madruga para que le alcance el día. Dejé el teclado, prendí la grabadora de mi celular y lo saqué por la ventana; luego subí la grabación a la plataforma Naturalista con la esperanza de que algún conocedor me ayudara a identificar la especie.

    Después de unos días, el ave regresó. Se paró en el poste de energía eléctrica y entonó algo leve, ya con el sol a cuestas. Ahí es cuando vi a la cosita canora, dorso gris, pecho blanquecino y de cola larga que al volar muestra parches blancos en sus alas y negro en las plumas de su cola.

    A las semanas me llegó una notificación de Naturalista. Alguien escuchó mi audio y confirmó que se trataba de un centzontle norteño (Mimus polyglottos), especie conocida por imitar a otras aves o animales, sonidos mecánicos y hasta alarmas de coche. También tiene la capacidad de reproducir al menos 39 canciones y 50 notas.

    Su nombre deriva del náhuatl “centzontótotl”, que quiere decir “ave de las 400 voces»; puede cantar durante todo el día y a veces durante la noche en la época de anidación. El macho canta para defender el territorio o para atraer a la hembra; entre más amplio el repertorio, más probabilidad de éxito en la conquista.

    Cotejé las fotos que otros observadores de vida silvestre han subido a las plataformas de ciencia ciudadana y al parecer es la misma especie.

    Bueno, hoy le volví a escuchar, un año después, aún de día, su canto me encontró escribiendo otra vez. Me dio gusto, mucho.

    Dejé de lado un reporte sobre vivienda sustentable para contarles que el centzontle ha vuelto, ¿será el mismo? No sé, pero por aquí anda.

    Ojalá siga regresando y que en su trayecto aún encuentre árboles y alimento. También quisiera ver por aquí a más colibríes, cardenalitos y carpinteros, aunque estos últimos ya se han vuelto como los tréboles de cuatro hojas.

    Sería bonito, ¿no? Hoy es más común escuchar el motor de los carros, cuetes y ladridos de perro.

    El centzontle norteño no leerá estas líneas, pero esta carta es para agradecerle la visita.

    Hoy sé que si vuelve a cantar es porque busca pareja para anidar junto a ella o para defender su nido.

    Espero que sea por el primer motivo.

    Gracias.

    Fuentes: Conabio/enciclovida.mx, Audubon, eBird

    cenzontle norteño
    Foto: Osiel Alejandro Flores Rosas/ Naturalista

    DATOS

    • Su canto, con repeticiones variadas e imitaciones ingeniosas, se escucha durante todo el día en la época de nidificación y habitualmente también durante la noche.
    • La especie es nativa de América del Norte, América Central y el Caribe. En Puerto Rico se le conoce como ruiseñor.
    • Anida en arbustos densos en áreas abiertas. Se encuentra frecuentemente en áreas urbanas
    • Se alimenta principalmente de bayas, frutos silvestres e insectos como saltamontes, orugas, hormigas, avispas, arañas, entre muchos otros.
    • La especie fue capturada para su venta como mascota, desde finales de la década de 1700 hasta principios de la década de 1900.

    Fuente: Audubon

    GALERÍA

    Cenzontle norteño
    Foto: Duce Vivar/Naturalista
    Cenzontle norteño
    Foto: Rocío Miranda/Naturalista
    aves
    Foto:Conabio

    Te puede interesar:

    ¿Tienes un árbol? Estas son tus obligaciones

    Podemos revertir la deforestación en Mazatlán

    Mazatlán pierde a sus venados

    Mucho ‘ruido’ y poco dinero para Ecología de Mazatlán

    Raquel Zapien
    Raquel Zapienhttps://sonplayas.com
    Raquel Zapien. Periodista independiente, fundadora y directora de Son Playas. Interesada en temas de medio ambiente, desarrollo sostenible y urbanismo.