En economía, la «tragedia de los comunes» se refiere a un esquema de recursos de uso común en el que los individuos, actuando egoístamente para su propio beneficio personal, agotan y deterioran el bien común.
Los seres humanos se encuentran entre las especies más complicadas y contradictorias que existen. Creamos sociedades complejas, con el objetivo de vivir en armonía bajo las mismas leyes, y luego tramamos de eludirlas.
Unidos por el bien común
Un factor implícito en cada sociedad es el llamado bien común. Esto se refiere a un recurso compartido por todos o la mayoría de los miembros de una comunidad. Por definición, un bien común tiene dos características particulares:
- Rival. Se dice que un bien es rival si su consumo por parte de un consumidor impide el consumo simultáneo por parte de otros;
- No rival. Los bienes no rivales pueden ser consumidos por un consumidor sin evitar el consumo simultáneo de otros, un ejemplo simple puede ser el alumbrado público, ya que una persona puede pagar con sus impuestos por ello, pero hay personas que, sin pagar impuestos, se benefician del mismo.
En cuanto a la no rivalidad del bien común, es bueno aprender a reconocer una figura que, aunque actúa con discreción, tiene un enorme impacto en nuestra comunidad: el llamado free-rider.
Difícil de traducir literalmente al español, el free-rider es quien se beneficia, explota y disfruta del bien común sin participar en su mantenimiento. Aparentemente inofensivo, representa el cáncer de sociedades enteras. El free-rider es cualquiera que no ayuda, pero se beneficia de todos modos, los que usan la playa, pero no la limpian, los que no cuidan el medio ambiente, pero se benefician de él.
La situación del free-rider es que todos esos bienes tienen un costo, y ese costo lo están pagando menos personas a un alto precio. Cualquiera que no sea free-rider paga por los free-riders.
El problema surge cuando un gran número de personas se convierten en oportunistas: nadie quiere pagar y todos son free-riders, es cuando llega la tragedia de los comunes, que hace referencia a un sistema de recursos compartidos en el que los individuos, actuando egoístamente, agotan y deterioran el bien común, que en este caso pueden ser bosques contaminados, playas sucias, reservas de agua sobreutilizadas y explotadas, los recursos minerales, etc.
Cuando la privatización y el libre mercado no son soluciones adoptables para resolver el problema, entran en juego los acuerdos voluntarios y las regulaciones internacionales.
El cambio climático como tragedia de los comunes
El cambio climático es, de hecho, la primera consecuencia de la tragedia de los comunes. Por lo tanto, el desafío clave para la gobernanza de los recursos comunes es limitar su uso para evitar su extinción o colapso, y al mismo tiempo crear condiciones para que se utilicen de manera sostenible y equitativa.
Turismo masivo y free-riders
Las playas de Mazatlán son uno de los principales atractivos turísticos de esta ciudad. La gran afluencia de turistas nacionales y extranjeros, quienes la visitan permanentemente para disfrutar de sus atributos pueden llegar a ser free-riders. La tendencia creciente de la demanda por uso de las playas, ha carecido de un control eficiente y continuo. Hay que recalcar que la playa (y los caminos hacia ella) son bienes comunes, un recurso compartido.
Un primer gran problema en nuestras playas lo representa toda la basura que dejan los turistas o los bañistas que se comportan como free-riders, dejan su basura y esperan que otros las limpien para después volver, encontrarla limpia y seguir disfrutándola.
También lee: Municipios costeros sí pueden intervenir en playas y evitar construcciones
Alternativas de solución
A la opinión de un servidor, el problema tiene que atacarse con ciencia ciudadana y promover playas sustentables y resilientes. Entre ellas están:
- Prohibir el uso de plásticos y adoptar políticas de control de basura. Esto junto con un diseño urbanístico que evite que se arrojen los desechos directamente en las alcantarillas y en los cursos de agua que pueden llegar al mar y playas, así como programas de recolección y separado de basura.
- Fortalecer el financiamiento a la prevención y control de la contaminación.
- Crear conciencia entre el público y el turista, en el caso de Mazatlán. La asociación de hoteles y moteles se han movido para crear campañas para atraer turistas, sin embargo también se deben crear junto con ello, campañas educativas que sirvan para concientizar; también se debe priorizar la importancia del medio ambiente para el bienestar de la región.
Adicionalmente, reflexionar sobre más acciones que ayuden a evitar la tragedia de los comunes en Mazatlán y no se convierta a futuro en un destino turístico fallido.
Finalmente, quiero enviar un saludo especial al Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., y a todas las ONG’s en Mazatlán que promueven la conservación del medio ambiente, y también a mis estudiantes de economía que me motivan a seguir escribiendo estos temas prioritarios.
SOBRE EL AUTOR:
Naím Manríquez García es profesor-investigador, doctor en economía regional y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Forma parte de la Unidad Democrática Sinaloa
También lee:
Construirán corredor gastronómico junto a Playa Gaviotas
Renuncian a proyecto inmobiliario y lo convierten en santuario de especies en riesgo, en Mazatlán