Para asegurar que la presa Picachos siga recibiendo el agua que se surte a la ciudad y al campo, es necesario recuperar la vegetación que rodea toda la zona de captación del vital líquido, es decir, la cuenca. Esta es una de las propuestas de la agenda hídrica que la organización Conselva Costas y Comunidades planteó recientemente a la presidenta municipal de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez.
La organización advierte que mientras la demanda de ese recurso se incrementa de forma acelerada en Mazatlán, en los últimos trece años la disponibilidad de agua superficial del río Presidio se redujo 56.6%, lo que significa que el embalse recibe menos de la mitad de los aportes que se registraban en sus inicios. Las aguas subterráneas ya no son una opción para el municipio debido a que los acuíferos se encuentran sobreexplotados.
En un escenario de cambio climático, la provisión de agua superficial del río Presidio podría disminuir otro 27.6% en los próximos cinco años (2030) y hasta 49.3% menos en los siguientes 25 años (2050), según los estudios de vulnerabilidad socioambiental de Mazatlán realizados por Conselva con el apoyo del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, Proyecto Pares, Fundación Gonzalo Río Arronte e Implan Mazatlán.
Como parte de esa evaluación, se identificó que la vegetación de la cuenca se ha degradado y ha dejado de retener el suelo con sus raíces debido a las actividades agropecuarias de la zona. Al quedar desnudo, el suelo es arrastrado por las lluvias provocando el azolvamiento progresivo del embalse. Conforme se acumulan los sedimentos en el fondo de la presa, disminuye su capacidad de almacenamiento de agua.

Declaratoria de área de conservación
Ante un panorama adverso, y para asegurar la disponibilidad de agua de la presa Picachos para el futuro de Mazatlán, Conselva propone que se declare como área de conservación a la cuenca aportadora, ubicada en el polígono norte, en donde se encuentran ocho núcleos agrarios. Para proteger el área de contribución de ese embalse, ya se dispone de un estudio técnico con un avance del 90%, pero aún se requieren 100 mil pesos para concluirlo, según el documento proporcionado por la organización ambientalista.
De forma complementaria, se plantea la necesidad de que el Programa de Ordenamiento Ecológico Local de Mazatlán, que aún no se elabora, integre las propuestas de manejo de cuenca desarrollada por Conselva, lo que incluye un programa de ganadería regenerativa para la restauración del paisaje con sistemas agrosilvopastoriles, agroforestales y silvopastoriles.
Cabe señalar que el Reglamento Ambiental y de Cambio Climático de Mazatlán, publicado el 20 de enero de 2021 en el Periódico Oficial del Estado de Sinaloa, reconoce en su artículo tercero que se considera de interés público el Ordenamiento Ecológico Municipal así como las acciones necesarias para su implementación; la promoción del desarrollo sustentable, el establecimiento de áreas naturales protegidas y zonas de preservación ecológica municipal, así como el establecimiento de medidas para la conservación, preservación y restauración de la flora y fauna en el territorio municipal.
E Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano que entró en vigor el 31 de octubre de 2024 también reconoce que Mazatlán necesita un Plan Integral de Agua.
Soluciones basadas en la naturaleza
La agenda hídrica presentada por Conselva ante autoridades municipales y diversos sectores también contempla soluciones basadas en la naturaleza aplicadas a las microcuencas para reducir la aportación de sedimento a la presa, incrementar la cosecha de agua y su infiltración en beneficio de las comunidades rurales con desabasto. Todas las acciones mencionadas podrían financiarse de forma concurrente.
Para la zona urbana se sugiere «infraestructura verde» que permita que el agua pase al subsuelo, se reduzcan las inundaciones y se aproveche el agua de lluvia. Por ejemplo: bosques urbanos, renaturalización de ríos, humedales urbanos naturales y artificiales; espacios y edificios verdes; jardines de lluvia, pozas de infiltración y banquetas infiltrantes o permeables; playas y marismas en buen estado para regular las inundaciones costeras.

Estas soluciones basadas en la naturaleza incluyen la cosecha de agua de lluvia para el abastecimiento de poblados, entre otras acciones que convertirían a Mazatlán en una «ciudad esponja», termino utilizado para las urbes diseñadas para absorber, filtrar y almacenar el agua de lluvia.
Competencia por el agua: campo vs ciudad
El abasto hídrico de Mazatlán enfrenta otro problema: la capacidad de almacenamiento de la presa Picachos es menor que el volumen asignado y concesionado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para uso agrícola y consumo humano, pues el embalse tiene una capacidad de almacenaje de 322 millones de metros cúbicos, pero las asignaciones y concesiones ascienden a 437.92 millones de metros cúbicos en total, lo que representa un déficit de -115.92 millones.
El volumen asignado por Conagua se divide de la siguiente manera: 327.7 millones de metros cúbicos para el Distrito de Riego 111, 94.6 millones para el consumo humano y sectores económicos de Mazatlán; 2.6 millones para el municipio de Concordia y 13 millones para el gasto ecológico del río Presidio (agua que se deja correr para que el río se mantenga vivo).

Conselva advierte que la demanda para la agricultura es superior a la asignada, mientras que en la ciudad, el consumo se incrementa de forma acelerada no solo por el crecimiento poblacional, sino por la población flotante; pues tan solo el año pasado el destino recibió a 6 millones 121 mil 572 turistas noche, lo que implica un impacto en la disponibilidad del agua, ya que se estima que los visitantes la gastan seis veces más que la población local.
Con base en las tendencias de disponibilidad de agua y demanda, la organización prevé una eventual competencia por este recurso natural entre la ciudad y el sector agropecuario.
Para que el agua alcance para todos los sectores, la agenda hídrica plantea mecanismos para asegurar la disponibilidad de agua en la presa; el uso eficiente en el Distrito de Riego 111 y reducir la vulnerabilidad por falta de agua en Mazatlán. Sandra Guido, directora de Conselva, informó recientemente que en el transcurso de marzo de este año se reunió con la alcaldesa Estrella Palacios para exponerle la agenda, esperando que la acepte y la impulse.
