Alumnas de la Preparatoria por Cooperación José Vasconcelos de Mazatlán ganaron el primer lugar en la Feria Internacional de Innovación e Invención de Rumania, con lo que suman dos medallas de oro a nivel mundial representando a México con su proyecto Bioplástico de Camarón.
Con el mismo proyecto, Natalia Quetzalli Martínez, Génesis Ayón Loza y Samanta Guadalupe Carrasco Tovar, obtuvieron la medalla de oro en el Festival Internacional de Ciencia y Tecnología 2023, celebrado en Túnez, África, el pasado 21 de marzo.
Antes de obtener el pase a las competencias mundiales, las estudiantes de 17 años ganaron el primer lugar de la Expociencia estatal y nacional, lo que a su vez les hizo acreedoras al Premio Nacional de Investigación, Ciencia, Tecnología e Innovación. En todo este tiempo han tenido el acompañamiento y guía de la profesora Judith Rebeca González Muñoz.
Estuvieron a punto de no acudir a Rumania por falta de recursos para el pasaje; pidieron apoyo en camellones, hicieron campañas de recaudación a través de redes sociales con ayuda de colectivas y medios de comunicación; tocaron puertas de empresas, fundaciones y dependencias públicas.
A dos días del evento, la ayuda económica fluyó y de último momento lograron viajar al país ubicado en el centro de Europa, siendo el único equipo del continente americano en participar contra los equipos de 20 países de Europa y Asia en la rama de biología. Y volvieron a ganar.
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El proyecto nació como una tarea en la clase de biología, luego, en el laboratorio, se dieron cuenta de que la cáscara de camarón tiene propiedades similares al plástico, pero no contamina ni tiene reacciones alérgicas, se deshace gradualmente y hasta sirve como fertilizante natural.
Entonces llegaron a la conclusión de que las miles de toneladas de cáscaras de camarón que se desechan como basura podrían transformarse para reemplazar a los plásticos de un solo uso que tardan de 400 a 1000 años en degradarse y que actualmente representan una de las principales fuentes contaminantes del océano.
Su propuesta llega en un momento en que diversos estudios científicos reportan que los seres humanos ya estamos consumiendo microplásticos a través del aire, agua y alimentos.
Contexto de la contaminación plástica
En el 2018, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió que todos los años se vierten al mar alrededor de 13 millones de toneladas de plástico que equivale a vaciar el contenido de un camión de basura cada minuto.
Pero la contaminación plástica no se detiene. Un estudio reciente reportó que la entrada de plástico en los océanos podría acelerarse 2.6 veces de aquí a 2040 considerando que en las últimas dos décadas su presencia ha aumentado de forma rápida y sin precedentes.
Bolsas de supermercado han sido encontradas en las Marianas, la fosa oceánica más profunda del mundo, a casi 11 mil metros de profundidad, en el Pacífico. En la superficie del mismo océano también hay millones de plásticos flotando formado una isla de basura de aproximadamente 1.6 millones de kilómetros cuadrados.
Por esa razón, en la Organización de las Naciones Unidas se trabaja actualmente en el desarrollo de un tratado internacional legalmente vinculante para poner fin a la contaminación por plásticos.
«Semejante contaminación de plástico en el océano tiene un impacto nocivo para la vida marina, para el planeta y para nosotros, los humanos», señala ONU Medio Ambiente en su página web.
En este contexto, el proyecto Bioplástico de Camarón, se plantea como una alternativa viable para sustituir los plásticos de un solo uso y ayudar a reducir la contaminación que generan.
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