- El río nos brinda agua para consumo humano, fertiliza las tierras de cultivo y aporta los sedimentos que forman nuestras playas.
- Su caudal ha disminuido, se le contamina con basura y su cauce está siendo modificado por la extracción de grava y arena.
El agua que llega a las casas, comercios e industrias de Mazatlán proviene del cauce del río Presidio. Para agradecerle el suministro de agua dulce que nos proporciona, decenas de personas acudieron este domingo a limpiar uno de sus tramos, logrando retirar cerca de 200 kilos de basura, principalmente plásticos.
Por segundo año consecutivo, la actividad fue organizada por Conselva, Costas y Comunidades en el marco del Día Internacional de Acción por los Ríos.
“El río Presidio está en la taza del baño (…) si se dan un regaderazo, si lavan la ropa, si lavan los platos, está el río Presidio”, señaló Sandra Guido, directora de la organización civil, tras la jornada de saneamiento. Acto seguido, cerca de 200 personas unieron sus voces para decirle “gracias” a ese cuerpo de agua.
Pero ese no es el único beneficio que nos brinda, pues el río acarrea minerales a través de su cauce, que sirven para fertilizar los terrenos laterales, permitiendo la proliferación de todo tipo de flora. Además, transporta sedimentos que conforman las playas de Mazatlán; ese es el principal origen de la arena de este destino turístico.

De acuerdo con información publicada en el portal del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), los ríos también favorecen el desarrollo de actividades económicas que generan empleos y alimentos, como la agricultura, ganadería y pesca.
“Desafortunadamente, al tratar de aprovechar al máximo el beneficio de los ríos, el hombre ha potenciado mecanismos que han terminado por dañarlos y ponerlos en riesgo, dos ejemplos claros de esto es la construcción de represas y la contaminación de los ríos”, señala la institución encargada de generar la información estadística y geográfica de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
Los mismos impactos negativos se observan en el río Presidio, pues su caudal ha disminuido en los últimos 10 años, luego de que la disponibilidad media anual del agua superficial se redujo un 56 por ciento porque ha llovido menos y se ha extraído más de lo debido, señaló Sandra Guido.
Otro problema quedó en evidencia durante la reciente jornada de limpieza: el cauce del río ha sido modificado por la extracción de arena y grava.
De acuerdo a testimonios de vecinos de la zona, maquinaria pesada ha estado removiendo el material pétreo del afluente y laderas del río desde hace más de un año. Con estos trabajos de explotación, también se han tumbado árboles y desprendido parte de las laderas del río, lo que podría propiciar la erosión del suelo y futuras inundaciones, advirtieron.

Por si fuera poco, las aguas subterráneas están sobreexplotadas debido a que la extracción de agua para uso agrícola y humano ha sido mayor a la capacidad de recarga natural del subsuelo, que se genera por la infiltración de las lluvias y escurrimientos, según información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Esa es la razón por la cual la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán (Jumapam) dejó de extraer agua del acuífero para surtir a la ciudad y en su lugar se empezó a utilizar el agua del río que se almacena en la presa Picachos.
Esta obra hidráulica, inaugurada en noviembre de 2012, fue construida sobre el afluente del Presidio para retener el agua que posteriormente es canalizada hacia la presa derivadora de Siqueros. De ahí pasa a un canal de 18 kilómetros que distribuye el líquido a los diques de los sistemas de riego ubicados en los poblados de El Tecomate de Siqueros, Escamillas, Lomas de Monterrey, San Francisquito y El Vainillo, de acuerdo a datos de la Jumapam.
Después de este recorrido, una parte del agua llega a la planta potabilizadora Los Horcones, en donde recibe tratamiento para hacerla apta para el consumo humano. Finalmente, es distribuida a la ciudad a través de un sistema de líneas, tanques de almacenamiento y redes que terminan en la llave del grifo de los domicilios particulares.

El agua del futuro
Se estima que este año se terminará de construir el distrito de riego 111, que consiste en una serie de canales, tuberías y estaciones de bombeo para dotar de agua a 22 mil 500 hectáreas de cultivos. Cuando las tierras agrícolas empiecen a recibir el agua que les corresponde, recibirán 14.7 metros cúbicos de agua por segundo de un total de 17 metros cúbicos que salen actualmente de la derivadora de Siqueros. A la ciudad de Mazatlán solo le corresponden 3 metros cúbicos por segundo, pero actualmente se consumen 5.
“Si el distrito de riego no utiliza de manera eficiente el recurso agua y si realmente utiliza sus 14.7 metros cúbicos que está concesionado a ellos, nosotros no vamos a tener agua en Mazatlán”, advirtió la directora de Conselva.
De ahí la importancia de usar de forma responsable y eficiente del agua. También debe considerarse que las sequías tienen a incrementarse a consecuencia de los efectos del cambio climático, añadió.
-¿Todavía estamos a tiempo de hacer algo?
“Sí, ese es el punto más importante, no podemos esperar a que nos alcance el futuro, como le alcanzó a Monterrey”.
A través de la campaña “Para que el agua nos alcance”, la organización civil se propone promover alternativas de solución basadas en la naturaleza como parte medular de un plan de seguridad hídrica que garantice la disposición de agua para consumo humano a futuro.
Sandra Guido recordó que sin agua en el río y sus acuíferos, la infraestructura construida por el ser humano no servirá de nada.




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