Por: en15dias.com/Son Playas*
La tala de manglares y el crecimiento urbano desmedido auguran para Mazatlán daños por los efectos de huracanes e inundaciones en los próximos años, señalaron especialistas en estos ecosistemas.
Coincidieron en que asentamientos de la zona costera están en riesgo inminente a consecuencia del desequilibrio ecológico generado por el avance de los desarrollos inmobiliarios, tala clandestina de mangle y desvío de cauces pluviales.
Los bosques de manglar son la primera barrera natural de defensa contra las marejadas y fuertes vientos de los fenómenos hidrometeorológicos, además de ser refugio de una gran diversidad de peces, crustáceos y moluscos de importancia para el sector pesquero.
«El manglar, como crece en zonas de inundación, también funciona como una esponja, es decir, que es un sistema que amortigua las inundaciones y también es una barrera contra huracanes, contra los vientos huracanados; otra función importante es ser un biofiltro, es decir, remueve contaminantes”, explicó el doctor Francisco Flores Verdugo, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad Académica Mazatlán.
Sin embargo, históricamente, estos árboles acuáticos que destacan por su capacidad para absorber los gases de efecto invernadero de la atmósfera han sido deforestados y destruidos para favorecer el desarrollo de actividades económicas y para abrir paso a la urbanización.
A nivel local se han autorizado cambios de uso de suelo en esos humedales, incluso, se les ha incluido en los instrumentos de planeación como zonas urbanizables que son aprovechadas por el mercado inmobiliario, “con lo que se les da legalidad, aumentando los fenómenos hidrometeorológicos, incrementando a su vez las áreas de riesgo de 1990 a 2020 para la población de Mazatlán, Sinaloa”, según se indica en el reporte “Pérdida del mangle por el mercado inmobiliario turístico, el caso de Mazatlán, Sinaloa”, realizado por Patricia López y Rodolfo Ramírez, publicado en la página web del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Así se van perdiendo los manglares de Sinaloa
Según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), hay aproximadamente 1 600 hectáreas de manglares en Mazatlán y del 2015 al 2020 se perdieron 143 hectáreas. A nivel estado se calcula una pérdida del 25 al 30 por ciento del manglar durante 20 años.
Para el doctor Leonardo Moyoroqui Rojo, de Humedales Sustentables A.C., la pérdida de mangle en la entidad se debe a varios factores, como el de las granjas acuícolas y camaroneras que devastan primero y piden permiso después; los desarrollos turísticos que construyen a su antojo y luego pagan algunas multas, y el trazo de carreteras que no deja los pasos de agua adecuados para que el manglar se mantenga saludable.
A ello se suma una nueva problemática relacionada con la instalación de laboratorios para fabricar drogas, presumiblemente fentanilo, y que arrojan sus residuos al agua, comentó.
Por su parte, Francisco Flores Verdugo consideró que la principal amenaza para los manglares en Sinaloa es la tasa de asolvamiento que tienen las lagunas costeras debido a la tala de vegetación y erosión del suelo tanto en las planicies como en las montañas. Con la deforestación, el suelo queda desnudo y es arrastrado hasta los cuerpos de agua.
“Porque no hay vegetación, todos esos sedimentos se van a depositar en los humedales y los sofocan porque el mangle deja de tener comunicación al mar”, apuntó.
La construcción de presas también afecta de varias maneras a los manglares y a las pesquerías en particular, porque se interrumpe el flujo de agua dulce que de forma natural se mezcla con el agua salada en estos ecosistemas aportándole nutrientes que son aprovechados por la flora y fauna, dijo.
Recordó que cuando las presas interrumpen el flujo de agua dulce, el agua disponible se evapora y los suelos se vuelven hipersalinos; además, los embalses retienen los sedimentos que conforman la arena de las playas, de manera que también contribuyen a su erosión.
Otro problema común tiene que ver con la expansión urbana que no respeta las zonas de manglar y que los convierte en vertederos, admitió.
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Mazatlán: menos manglares, más inundaciones
Al respecto, la doctora Aimé Cervantes Escobar, investigadora de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), manifestó que Mazatlán es un «foco rojo» porque en las últimas dos décadas la expansión urbana desmedida y los cambios de uso de suelo han transformado los humedales.
Advierte que el problema va más allá de la tala de mangle: es el inadecuado manejo y planeación del territorio. En consecuencia, la vulnerabilidad de los asentamientos humanos ante el impacto de fenómenos hidrometeorológicos también es mayor.
“El agua finalmente va a buscar su curso natural y en donde antes había un cauce, donde antes había una zona de inundación, pues el agua va a regresar ahí, entonces ese es un problema que tenemos en Mazatlán», señaló.
La experta hizo énfasis en que «si continúa la tendencia con el cambio de uso de suelo que se está dando y con otras actividades nocivas nos vamos a ver en problemas graves».
¿Manglares aliados contra huracanes?
Para esta temporada, el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó entre 16 y 22 ciclones tropicales en el Pacífico. Se espera, además, al menos dos huracanes muy intensos, de categoría tres a cinco.
En este contexto, los manglares desempeñan un papel importante en la regulación del clima, como escudo contra inundaciones, huracanes, marejadas y tormentas.
«Esta vegetación forma una barrera física en las zonas costeras y entonces, por ejemplo, cuando hay una tormenta fuerte, cuando sube la marea y golpea sobre esta barrera natural, entonces esta barrera ayuda a mitigar la fuerza, la energía del oleaje y disminuye el efecto que éste podría producir al ecosistema o a la zona», explicó Cervantes Escobar.
«Si se pierde esta barrera, tenemos una mayor exposición geográfica y eso nos hace más vulnerables en cuanto al tema del cambio climático y sus efectos», detalló la especialista.
¿Por qué tienen la capacidad de mitigar el impacto del viento y del agua? Leonardo Moyoroqui, especialista en restauración de manglares, expuso que cuando estos árboles están en buen estado son capaces de retener los aires ciclónicos gracias a que sus raíces aéreas se anclan al suelo.
«En los estudios que hemos hecho de raíces hay hasta dos metros ancladas bajo el sustrato, entonces eso los hace unos árboles fuertes que soportan embates huracanados», especificó.
Prospectiva y solución
¿Qué podemos hacer para conservar los manglares y mitigar la vulnerabilidad de la zona costera y de los miles de familias que la habitan?
Leonardo Moroyoqui consideró que debe trabajarse en la restauración de manglares, pero de manera adecuada y escalonada para que tenga éxito la reforestación.
Aimé Cervantes Escobar coincidió en que la restauración es necesaria, sin embargo, para conservar estos ecosistemas es indispensable que se regulen los cambios de uso de suelo mediante los planes de desarrollo urbano y los ordenamientos ecológicos territoriales, con una visión integral y no solo sectorial.
“También se requiere la voluntad política traducida en recursos y acciones dirigidas a esta restauración y este manejo adecuado no sólo de los ecosistemas, sino también del territorio; necesitamos trabajar entre los diferentes sectores y los usuarios para la planeación del territorio y este trabajo tiene que ser transectorial”, insistió.
«Todos dependemos de los de lo que nos proporciona la naturaleza, es la base para el bienestar humano… Y mientras no comprendamos eso, va a ser difícil y nos vamos a ver en problemas muy fuertes», finalizó.
*Convenio de colaboración editorial entre Son Playas y en15dias.com
DATOS CLAVE
- Los bosques de manglar forman parte de los humedales que se encuentran en la zona de transición entre la tierra y el mar como los esteros, lagunas costeras, marismas y desembocaduras de ríos en zonas tropicales y templadas.
- Una característica de este tipo de humedales es que la entrada de agua es principalmente salada o salobre (mezcla de agua dulce y salada).
- El mangle es un árbol leñoso de 1.5 a 15 metros de altura, cuyas ramas se apoyan en numerosas raíces aéreas y curvas como si se tratara de zancos.
- En México predominan cuatro especies de mangle (Rhizophora mangle, Laguncularia racemosa, Avicennia germinans y Conocarpus erectus), según datos de la Conabio.
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